El pulso PP-Aragonès en el Senado desbarata la táctica de Pedro Sánchez de silenciar la amnistía

Génova considera un "acierto" la presencia del presidente catalán y busca rentabilizar su presencia tras el plantón del Gobierno

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès
El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès
Efe

El Senado institucionalizará este jueves el debate sobre la amnistía a los encausados por el 'procés' que Pedro Sánchez está dispuesto a conceder a los independentistas catalanes a cambio de su apoyo a la investidura y contra la que el PP se ha levantado en armas. El partido de Alberto Núñez Feijóo aprovechará la sesión de la Comisión General de las Comunidades Autonómas, impulsada gracias a su mayoría absoluta en la Cámara alta, para transmitir su oposición frontal a esta medida a través de sus barones -estarán presentes sus once presidentes regionales, además de los mandatarios de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla-, y que contará con la inesperada contribución de Pere Aragonès. El presidente de la Generalitat y dirigente de Esquerra ha visto en su intervención una oportunidad para aumentar su presión sobre el PSOE y contrarrestar el protagonismo de Carles Puigdemont en las negociaciones para la investidura.

La decisión de Aragonès servirá de aliciente para un debate que en el principal partido de la oposición temían que se convirtiera en monográfico -solo de los populares- tras el plante de los presidentes socialistas, del lehendakari Iñigo Urkullu y del propio Ejecutivo de Sánchez, que ha dejado su silla vacía para preservar una negociación compleja a la que rodea un secretismo absoluto. "Va a quedar constancia de que existe una amplia mayoría en contra de la amnistía frente a una minoría soberanista", apuntan desde el grupo del PP en el Senado.

Para Génova es un "acierto" que el mandatario catalán asista para defender sus posiciones "y cumplir con su deber de estar en la Cámara alta". También porque creen que con su presencia Sánchez y su gabinete quedan retratados. "Aragonés hablará en calidad de portavoz del Gobierno", señalan en el equipo de Feijóo, que no acompañará a sus dirigente territoriales en su paso por el Senado. El líder de los conservadores quiere evitar que alguien pueda pensar que va "a supervisar" a sus presidentes autonómicos o pueda parecer "que usa la Cámara de forma partidista", como le reprochan ya los socialistas.

El presidente de la Generalitat será el primero en tomar la palabra como mandatario de la autonomía presente con mayor antigüedad en la aprobación de su estatuto. Tendrá diez minutos para intentar explicar la motivación de la medida de gracia y podrá utilizar a su conveniencia el catalán. Tras él será el turno del gallego Alfonso Rueda y a continuación irán desfilando por el atril los demás barones del PP por el orden de aprobación de sus respectivos estatutos. Así el andaluz, Juan Manuel Moreno, será de los primeros en intervenir al igual que la cántabra María José Sáenz de Buruaga o el presidente de La Rioja, Gonzalo Capellán, mientras que la madrileña Isabel Díaz Ayuso será de las últimas en hacerlo. También participará el vicepresidente canario, el popular Manolo Domínguez, en representación de Fernando Clavijo (Coalición Canaria), ausente en la cita pese a posicionarse en contra de la medida de gracia.

Asimetría entre ciudadanos

El mensaje que todos y cada uno de los dirigentes del PP trasladarán, confirman desde la dirección nacional, será unívoco: "Defender la igualdad entre los ciudadanos de sus territorios y los de aquellos cuyos votos son imprescindibles para que Sánchez siga siendo presidente". "Para que a uno se les dé más a otros se les tiene que dar menos", apuntan las fuentes consultadas. Y es esa asimetría en el trato la que los populares denunciarán desde la tribuna del Senado porque "puede perjudicar a los ciudadanos de las comunidades donde gobernamos".

Pero Aragonès no esperará a escuchar las razones de sus homólogos y abandonará la Cámara alta justo después de su intervención. Una actitud "soberbia" e "impropia", a ojos del vicesecretario Institucional del PP, Esteban González Pons, de un dirigente político y un demócrata "porque los demócratas escuchan y los dictadores hablan pero lo que no hacen es escuchar".

El mandatario catalán se perderá también la réplica de los portavoces de los grupos parlamentarios con representación en el Senado, incluido el del PSOE, Juan Espadas. El excalde de Sevilla será el único encargado por parte del partido de Sánchez, salvo que algún senador por designación autonómica pide la palabra, de plantar cara al PP después de que el propio Gobierno haya despreciado abiertamente la iniciativa de los populares, que ven como un punto más en su "estrategia de la crispación" y que se ha visto beneficiada con la presencia de Aragonès.

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