La amnistía, más cerca: Sánchez reconoce ya que se negocia

Sánchez ha anunciado hoy en Granada que están negociando con los grupos parlamentarios pero que los acuerdos son complejos

El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, en la cumbre de la Comunidad Política Europea en Granada
El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, en la cumbre de la Comunidad Política Europea en Granada
E. P.

Sigue sin pronunciar la palabra, e incluso él mismo ha recordado que se le echa en cara que no lo haga, pero Pedro Sánchez ha dado este jueves un paso más en el camino que parece llevar a que esa medida de gracia pueda convertirse en realidad al reconocer que se está negociando.

Era evidente que así era. Se desprendía de sus declaraciones y de las de otros líderes socialistas que han evitado en todo momento confirmar públicamente que existían esas conversaciones y mucho menos lo que han venido asegurando dirigentes independentistas catalanes como Oriol Junqueras, que la amnistía ya está pactada.

Pero el presidente del Gobierno en funciones ha dado en Granada el paso de reconocer al menos que se está trabajando sobre ello. "Estamos negociando. Estamos negociando con los grupos parlamentarios", ha afirmado a su llegada a la primera de las dos cumbres que van a reunir durante dos jornadas a medio centenar de líderes para analizar el futuro de Europa.

Él tiene también trabajo en los próximos cincuenta días para analizar otro futuro, el de su investidura, que tomó cuerpo el pasado martes al recibir el encargo del rey y que pretende armar en la ronda de reuniones que va a mantener con los representantes de los partidos en los próximos días.

No será hasta el final de esa serie de encuentros cuando él y el PSOE fijarán posición sobre la amnistía, como ha ratificado Sánchez en la ciudad andaluza.

Pero ha certificado la negociación y ha vuelto a utilizar el ejemplo de los indultos para abrir aún más la puerta a la amnistía al afirmar que aquella medida que esperaba que diera sus frutos en favor de la convivencia ha desembocado en la certeza de que eso es lo que ha ocurrido.

Su esperanza, sin que lo diga explícitamente, es que ocurra lo mismo con la amnistía, una medida que cada día que pasa parece más evidente que estaría en el acuerdo de investidura que anhela lograr antes de que el 27 de noviembre se acabe el tiempo para los acuerdos y se abra el de una nueva cita electoral.

Desearía que ese trámite fuera cuanto antes, pero tanto los plazos que se ha dado para su negociación con Sumar como los movimientos de Carles Puigdemont que conllevan una consulta a sus fieles hacen prever que no sea posible hasta noviembre.

Pero la fecha aducen en Moncloa que no importa en este momento, que lo esencial es lograr ese acuerdo que permita la reedición de un Gobierno progresista.

La próxima parada en ese calendario es la serie de encuentros que va a mantener en el Congreso tras haberse reunido ya con su vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz.

Tal y como expuso en su comparecencia tras recibir el encargo de Felipe VI, será la semana que viene cuando se concretarán el resto de reuniones, en las que por primera vez habrá la foto de una reunión suya con representantes de Junts y de Bildu.

Y en muchos pies de foto de ese encuentro con el partido de Puigdemont aparecerá con total seguridad la palabra que sigue sin pronunciar el presidente, porque la amnistía estará en el centro de la conversación.

Tras ella tampoco se desvelará nada ya que el emplazamiento de Sánchez es a que concluya todas sus reuniones con los representantes de los partidos. El tiempo sigue pasando y el PP continúa exigiendo a la presidenta del Congreso, Francina Armengol, que fije ya fecha para la investidura.

Y Sánchez repite: urge lograrla pero las negociaciones son complejas. La amnistía, la que el presidente ya asume que se está negociando, parece que será la principal culpable de esa complejidad.

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