La Policía desarticula un clan familiar que logró más de 250.000 euros dando abrazos
Los 16 detenidos, implicados en al menos 34 robos en Zaragoza, Huesca y Calatayud, han acabado en prisión.
La violencia o la fuerza no son los únicos métodos para delinquir y hacer propio lo ajeno. Como prueba, el modus operandi del clan familiar que acaban de desarticular en una operación conjunta la Policía Nacional y los Mossos d’Esquadra y que a base de "abrazos amorosos" ha logrado acumular un botín de más de 250.000 euros. La organización, perfectamente estructurada, se movía por toda España pero había hecho de Zaragoza una de sus plazas más rentables. Tanto es así, que de los 43 robos que se le atribuyen 38 fueron perpetrados en la capital aragonesa. También repartieron ‘achuchones’ en Huesca y Calatayud, pero fueron robos muy puntuales.
Según informó este miércoles la Jefatura Superior de Aragón, la operación Yapeyú-Amusca se ha desarrollado en dos fases: durante la primera, que culminó en diciembre de 2022, se detuvo a una docena de personas. Pero gracias a los arrestos y registros practicados entonces se inició una segunda fase de pesquisas que han permitido arrestar ahora a otros cuatro delincuentes. El operativo conjunto se salda por tanto con 16 detenidos y con el ingreso en prisión provisional de todos ellos.
La organización criminal estaba integrada por hombres y mujeres, y cada uno tenía una función y rol específico dentro de la misma. El objetivo era también muy claro: abordar a viandantes en la calle, darles un abrazo aparentando ser familiares y aprovechar los instantes de confusión para arrebatarles sus objetos de valor. Principalmente, relojes de alta gama y joyas.
El clan desarticulado a caballo entre Cataluña, Valencia, Murcia y Aragón elegía habitualmente como víctimas a personas de edad avanzada, a las que les costaba más tiempo reaccionar y darse cuenta de que les habían arrebatado sus pertenencias. Según fuentes policiales, la banda distribuía a sus integrantes por células, compuestas normalmente por dos mujeres y un hombre. Las primeras eran las encargadas de despachar abrazos y perpetrar los robos, mientras que el varón era quien las aguardaba al volante de un vehículo para huir del lugar con la máxima prontitud.
Resueltas todas las denuncias
Al concluir la primera fase de la operación Yapeyú-Amusca, la Policía Nacional y los Mossos d’Esquadra dieron cuenta de los resultados, lo que hizo que se produjera una nueva ola de denuncias. Se trataba de personas a las que también habían asaltado mediante el método del «abrazo amoroso» y que, por un mal entendido sentimiento de vergüenza o convencidas de que el suyo era un caso aislado, habían preferido no acudir a comisaría. Al comprobar que no eran las únicos perjudicadas, estas personas decidieron denunciar también sus robos. Según fuentes de la Jefatura Superior, fueron ocho casos nuevos, ocurridos en Zaragoza capital, pero también en Huesca y Calatayud, y que también han terminado resolviéndose.
A las 16 detenciones de la operación Yapeyú-Amusca hay que sumar tres más. Las arrestadas serían personas vinculadas al mismo clan familiar, pero que en lugar de dar abrazos lo que hacían era distraer a personas mayores cuando sacaban dinero en los cajeros automáticos. Gracias a este procedimiento, conocido por el término anglosajón de ‘scalping’, la banda llevó a cabo al menos siete extracciones fraudulentas. Lo que hacían era conseguir el número PIN de las víctimas, para después robarles las tarjetas de crédito y hacer las retiradas de efectivo.
