Chivite reeditará el tripartito navarro tras cerrar el acuerdo con Geroa Bai

PSN, Geroa Bai y Contigo-Zurekin cierran un pacto para formar gobierno en Navarra.

La presidenta de Navarra, María Chivite
La presidenta de Navarra, María Chivite
Europa Press

El acuerdo alcanzado casi in extremis por PSN y Geroa Bai abre la puerta a conformar junto a Contigo-Zurekin un Gobierno de Navarra que supondría la reedición del tripartito que lo ha sostenido en la legislatura anterior, aunque con la incógnita de la posible factura que puedan pasar las tensiones de la negociación de estos dos meses.

Con el 28 de agosto como fecha límite para contar con un presidente o presidenta investido para no verse obligados a repetir las elecciones autonómicas, las tres formaciones han acelerado en las últimas semanas, tras la finalización de los sanfermines, unas negociaciones que siempre habían tenido como escollo la discrepancia entre PSN y Geroa Bai sobre el reparto de consejerías.

Además, en la última semana Geroa Bai ha dirigido los tiempos al frenar el optimismo de sus otros dos socios con un golpe de timón que dejó clara su disconformidad con la hegemonía del PSN y que incluso amagó con el abandono de las conversaciones para dejar paso a EH Bildu.

Discrepancias en el reparto de consejerías

Así, desde el inicio los socialistas plantearon que el Gobierno que las tres formaciones habían sostenido con 11 parlamentarios de PSN, 9 de Geroa Bai y 2 de Podemos (con el apoyo externo de I-E con un escaño) no podría mantener el mismo reparto de consejerías (la presidencia y 8 departamentos socialistas, 4 de Geroa Bai y una de Podemos), habida cuenta de Geroa Bai se quedó en las elecciones de mayo en 7 parlamentarios.

Por su parte, Geroa Bai aludió a que tampoco el PSN había subido su representación en el Parlamento pero ahora pretendía “acumular poder orgánico y económico” en el nuevo Gobierno, y se remitía a que era la establecida en 2019 la proporción errónea y no la que ahora solicitaban, la de mantener las consejerías tanto en número como en el ámbito de competencias.

Las conversaciones han avanzado en materia programática en estas semanas sin que hayan trascendido especiales discrepancias, hasta que tocó el turno de hablar del organigrama de Gobierno, cuando se vislumbró que Contigo Zurekin (coalición que integra a Podemos, Izquierda Unida y Batzarre) pretendía hacerse con el departamento de Vivienda (hasta ahora gestionado por Geroa Bai) y que el PSN no vetaba la posibilidad, que se ha materializado con un acuerdo a dos entre socialistas y Contigo antes de cerrar el pacto tripartito.

Feora Bai advierte de "profundos desacuerdos"

Esta, junto a la oferta socialista de ceder a Geroa Bai 3 y no 4 consejerías, que además perdían en algún caso áreas de gestión, fue una de las razones para el “plante” el pasado lunes de la coalición integrada por PNV y Geroa Socialverdes, que alertó del “bloqueo” de las negociaciones por parte del PSN, de los “profundos desacuerdos y diferencias” y de la sensación de que se quería prescindir de ellos en el nuevo Gobierno, por lo que invitaron a los socialistas a buscar a EH Bildu como socio imprescindible.

Las alusiones dieron lugar a la irrupción de la coalición abertzale, cuya portavoz Laura Aznal confirmó al día siguiente que, previa consulta a sus bases, EH Bildu estaría dispuesto a votar a favor de la investidura de María Chivite para evitar un Gobierno de la derecha en Navarra. El voto ahora serviría para obtener mayoría absoluta y, si finalmente se rebaja a la abstención, bastará para que Chivite salga investida por mayoría simple del Parlamento.

En conjunto, en estos dos meses de negociaciones, de citas públicas al principio y más discretas desde julio, con el único parón de los sanfermines, se ha repetido el patrón de trasladar un moderado optimismo por parte de PSN y Contigo-Zurekin, siempre frenado a continuación por Geroa Bai, cuya cara visible ha sido la de María Solana, tras la lesión en una pierna de Uxue Barkos.

La ausencia de Chivite

También ha brillado por su ausencia la líder socialista, María Chivite, quien desde el inicio delegó en Ramón Alzórriz la dirección de las conversaciones, pese a las críticas de Geroa Bai que, dado que de lo que se trata es de un acuerdo para investir a la propia Chivite y de lo “dificultoso” que ha resultado el proceso, ha reclamado por activa y por pasiva su directa implicación.

Y esta no se ha evidenciado ni al final. Ni siquiera la previsible de nuevo presidenta navarra ha salido a apagar el fuego que en varias ocasiones, incluida la larga tarde-noche de este lunes en las negociaciones en el Parlamento, ha hecho peligrar los acuerdos por la desconfianza que Geroa Bai ha revelado en sus ya socios para los próximos cuatro años, a falta de que los partidos consulten y refrenden la alianza. 

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