Cómo satisfacer las aspiraciones nacionalistas sin romper las costuras constitucionales

"Mucho más allá de lo que se pactó en la investidura de 2020 no creo que se vaya. Hay mucha retórica", sostienen los socialistas

El presidente del PNV, Andoni Ortuzar, en un acto de su partido en Bilbao.
El presidente del PNV, Andoni Ortuzar, en un acto de su partido en Bilbao.
EFE

«Va a ser el tema central de la negociación. El problema es que malamente se puede encontrar una solución que sirva a todas las partes». Un veterano dirigente socialista define con claridad las dos variables sobre las que está convencido que van a girar las conversaciones que Pedro Sánchez abrirá con las diferentes formaciones nacionalistas para tratar de sacar adelante su investidura. Cómo satisfacer las aspiraciones soberanistas sin romper las costuras constitucionales ni traspasar líneas rojas que generarían un cisma en el propio PSOE. El modelo territorial ya está sobre la mesa pero nadie tiene muy claro cómo abordarlo.

La necesidad de lograr un acuerdo sobre esta cuestión la han expuesto ya Andoni Ortuzar, Pere Aragonès y los dirigentes de Junts. El presidente de la Generalitat ya ha hablado de la necesidad de un referéndum sobre el futuro de Cataluña y el líder del PNV recordó lo obvio, que Sánchez «necesita a los nacionalistas». A partir de ahí puso sus condiciones. «Eso exige un acuerdo sobre el modelo territorial. No digo que acepte el 100% de nuestras peticiones, pero tiene que abrir ese melón», dijo en El País.

En el PSOE siguen convencidos de que hay margen para el acuerdo. Recuerdan lo sucedido durante la investidura de Sánchez en 2020. También parecía imposible pero al final el líder del PSOE pactó sendos decálogos con ERC y el PNV para lograrla. En el documento firmado con los republicanos se estableció la puesta en marcha de la mesa de diálogo que daría pie a una consulta, se apostaba por la bilateralidad... En el texto consensuado con los 'jeltzales' ya se establecía, literalmente, la necesidad de «adecuar la estructura del Estado al reconocimiento de las identidades territoriales» y atender «a los sentimientos nacionales de pertenencia».

«Mucho más allá no creo que se vaya. Hay mucha retórica. Es como hablar de pájaros y flores». afirman desde el PSOE. Y es cierto que aquellas fórmulas sirvieron para desencallar las negociaciones y llevar al líder del PSOE a la Moncloa, pero también que los resultados concretos han sido escasos y que el malestar entre los nacionalistas cada vez es mayor. «El problema es que ya no creen en la palabra de Sánchez y no aceptarán promesas en el aire», afirma Toni Aira. Profesor de Comunicación Política de la Pompeu Fabra (UPF-BSM) y buen conocedor del escenario político catalán no es especialmente optimista: «Creo que hay poco margen de maniobra. Ahora mismo veo más de un 90% de opciones de que haya un bloqueo y repetición de elecciones».

Porque, además, la pieza del puzle que Sánchez tiene más difícil de encajar es Junts. Y, para Aira, la formación liderada por Carles Puigdemont tiene «poco que perder» si no hay acuerdo. Ni tan siquiera cree que las presiones que el expresident fugado está recibiendo de dirigentes como Artur Mas tengan mucho resultado. «Su influencia es cero. Todavía milita en el PDECat, un partido que ha quedado por debajo del Pacma. Ha quedado en tierra de nadie». De hecho, la formación posconvergente está analizando su posible disolución.

Supuestas "líneas rojas"

Entonces, ¿qué puede ofrecer Sánchez? En el PSOE tienen claro que el problema lo tienen en Cataluña. En el País Vasco, EH Bildu tiene en marcha otra estrategia y ya ha anunciado que votará a favor. «Y el PNV, por mucho que diga Ortuzar, no tiene margen. Si se convence a Junts y a ERC, ¿va a votar que no?». Más allá de una posible amnistía a Puigdemont -que casi todas las partes ven jurídicamente inviable y políticamente explosiva- surgen dos opciones. Y ninguna es sencilla.

Una es recuperar los artículos del Estatut que tumbó el Tribunal Constitucional en 2006. Se trata de una vía complicada pero que los socialistas tienen en mente.

La segunda vía es aún más complicada. Poner en marcha una ley de consultas. Algunos socialistas dan por hecho que Sánchez abrirá la puerta a algo parecido antes de que acabe la legislatura, recuerdan que sobre esta cuestión ya llegó a teorizar internamente el PSOE y que en el cajón está guardada una reflexión realizada hace una década por el exvicepresidente del Tribunal Constitucional Francisco Rubio Llorente en la que abría esa posibilidad para evitar «efectos impredecibles». Pero la versión oficial sigue siendo que se trata de una «línea roja» que no se va a traspasar por mucho que insista Aragonès.

Como recuerda el catedrático de Derecho Constitucional de la UPV/EHU, Javier Tajadura, el margen es muy estrecho. Los nacionalistas aluden al artículo 92 de la Constitución que recoge la posibilidad de celebrar «referéndum consultivos» sobre cuestiones de «especial trascendencia». Se usó para el referéndum de la OTAN. Pero Tajadura recuerda que la Carta Magna añade que deberán ser preguntados «todos los ciudadanos». Es decir, el conjunto de los españoles, no solo los catalanes.

¿Les valdrá a ERC y a Junts recuperar el Estatut tumbado? Toni Aira lo sigue sin tener claro. «Quizás si se ve alguna apuesta creíble para modificar algunos planteamientos y desinflamar el ambiente... Pero tendría que ser muy concreto». Hay otra hipótesis que no se descarta en el PSOE. Que no haya acuerdo y que Sánchez vaya a unas nuevas elecciones reforzando su perfil de hombre de Estado para recuperar a los votantes socialistas que se fueron al PP.

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