Feijóo reclama el voto útil de Vox para no perder 20 escaños frente a Sánchez

El líder de los populares afirma que votar a la formación de Abascal solo beneficiará a una izquierda más debilitada que nunca.

OVIEDO, 14/07/2023.- El candidato del PP, Alberto Núñez Feijóo (c), en un mitin de su octava jornada de campaña, este viernes en Oviedo, en el que ha llamado a unir el voto, "porque si no habrá miles de votos que no consigan en escaño" y son, ha explicado, 20 los escaños en juego que pueden darle un Gobierno en solitario. EFE/ J.L.Cereijido
El candidato del PP, Alberto Núñez Feijóo, en un mitin de su octava jornada de campaña, este viernes en Oviedo.
J. L. Cereijido

Alberto Núñez Feijóo lanzó ayer un nuevo órdago a los simpatizantes de Vox. Es apoyarle a él o consentir cuatro años más de Pedro Sánchez en la Moncloa, resumió el candidato del PP. "Os propongo ganar al 'sanchismo', no dar un balón por perdido y unir el voto para que no se pierda ninguno", afirmó en un mensaje ante una multitud de simpatizantes en Oviedo. Más allá de hacia los suyos, fue un mensaje teledirigido a los potenciales votantes de la formación de Santiago Abascal y que por encima de simpatías partidistas anteponen echar a la izquierda del Gobierno.

Desde la capital del Principado, Feijóo alertó de que no votarle a él supondría para la derecha perder hasta 20 escaños en el Congreso. Serían votos echados a la papelera, simplificó. Antes, el candidato del PP ya había catalogado al Ejecutivo de coalición como el peor desde la recuperación de la democracia e incluso afeó que "comunistas" se hayan sentado en el Consejo de Ministros.

Un guiño más a unos votantes de Vox. Una formación que el expresidente gallego asegura que no quiere a su lado en el Gobierno. Sea como fuere, la pérdida de tan solo una pequeña parte de esos 20 diputados por parte de la derecha ocasionaría un bloqueo electoral o una nueva mayoría en el Congreso de las fuerzas de la izquierda.

La clave de bóveda electoral para que Feijóo pueda gobernar, en solitario o en coalición, se sustenta en la Ley D'Hont que, tal y como está escrito en la Constitución de 1978, reparte los escaños del Congreso de forma proporcional a los votos obtenidos en cada una de las circunscripciones en las que se compite. A modo de ejemplo, el PNV obtuvo en las generales de noviembre de 2019 seis escaños gracias a sus 379.002 votos en Euskadi y Navarra. El Partido Animalista Contra el Maltrato Animal (PACMA) no obtuvo diputado alguno pese a contabilizar a nivel nacional más de 225.000 sufragios.

Feijóo tiene muy en mente la Ley D'Hont una escapatoria, al menos de cara a la campaña electoral, para zafarse de unos futuros socios de gobierno que niegan los efectos del cambio climático o que rechazan el término de violencia de género, pero con los que ha pactado ya en todas las comunidades autónomas donde los de Abascal eran necesarios con las excepciones por el momento de la Región de Murcia y Aragón.

Firmeza de Vox

La estrategia de Feijóo no pilla por sorpresa a Vox, donde ya se asume una pérdida de parte de los 52 escaños cosechados en 2019 tras ser la tercera fuerza más votada tras la debacle de Ciudadanos. No obstante, la derecha radical mantiene su apuesta por ser decisiva, un papel que le otorgan todas las encuestas salvo el CIS, por mucho que Feijóo marque porcentajes de voto o número de escaños como líneas rojas.

En el cuartel general de Vox se tiene claro que el objetivo es ser claves en una posible mayoría de derechas y que de darse apretarán las tuercas al expresidente gallego por mucho que quiera gobernar en solitario. Las cuentas de las encuestas son claras. Salvo que Feijóo saque una mayoría absoluta que ni un solo sondeo le otorga, deberá de pactar con Vox y aceptar sus condiciones como ya ha hecho en la Comunidad Valenciana o en Extremadura, con cesión de carteras incluidas y la necesidad de tragar sapos como la negativa de Vox a aceptar el término de "violencia de género". En las autonomías en las que han estrenado gobierno PP y Vox los populares ya han cedido. Resta por ver si Feijóo está dispuesto a tensar la cuerda, tal y como afirma en campaña o incorporará a Abascal y otros dirigentes de su partido en un posible Gobierno presidido por él.

La opción preferida y manifestada en público del expresidente gallego es que el PSOE le permita gobernar en solitario, una posibilidad que no solo va en contra de la trayectoria política del propio Sánchez y su "no es no" a Mariano Rajoy sino también en contra de los pactos de investidura de los populares en Extremadura y Canarias, donde no fueron las fuerzas más votada. El PSOE, hoy por hoy, no tiene la más mínima intención de entregarle las llaves de la Moncloa.

Ayer Feijóo trató de hurgar en las cuitas internas del PSOE, un partido muy tocado tras perder la mayor parte de su poder municipal y autonómico tras el 28-M. Los populares creen escuchar ruidos de sables entre los barones socialistas que han perdido sus cargos y ven en ello una oportunidad irrenunciable para acabar con un Sánchez que se aferra a su 'Manual de Resistencia'

"En la calle, los votantes del PP están contentos y eso no está mal. Pero os digo algo, ganamos un debate, pero aún no las elecciones. No nos perdonaríamos nunca, los que nos dedicamos a la actividad política, dejar escapar al 'sanchismo' simplemente porque hace calor, porque quiero ir a la piscina", clamó el líder del PP en la capital asturiana.

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