Educación sexual, clave para prevenir abusos a personas con Síndrome de Down

Las personas con Síndrome de Down presentan mayores factores de riesgo ante los abusos, debido a las relaciones de dependencia que generan.

Un niña con síndrome Down juega frente a un espejo.
Un niña con síndrome Down juega frente a un espejo.
Pixabay

La educación sexual comienza a aterrizar poco a poco en los centros de educación especial con programas específicos que buscan enseñar a las personas con discapacidad, mucho más vulnerables, cómo detectar las señales del abuso sexual y aprender a denunciarlo.

Las personas con Síndrome de Down son algunas de las que presentan mayores factores de riesgo ante los abusos, debido a las relaciones de dependencia que generan, su necesidad de tener amigos y ser aceptados, unido a su limitada vida social, que se suele reducir a la familia más directa y al centro al que acuden entre semana.

Este martes, con motivo del Día Mundial del Síndrome de Down, EFE ha conversado con la profesora del Centro Superior de Estudios Universitarios La Salle (UAM), María del Carmen Jiménez de la Hoz, sexóloga especializada en discapacidad intelectual.

Esta experta realiza proyectos de sexualidad con centros que trabajan con personas con discapacidad intelectual, como el Centro Ocupacional Primer Paso o el Colegio Estudio 3-Afanias, en Madrid, donde les enseñan a detectar las señales del abuso sexual y cómo denunciarlo.

Las personas con Síndrome de Down, más vulnerables a los abusos

Las personas con Síndrome de Down "tienen mayores factores de riesgo, como las relaciones de dependencia absoluta. Estos chicos están en el centro y en sus casas, con sus padres y hermanos, si es que éstos son pequeños, y el fin de semana lo pasan con sus padres. No son personas que socialicen".

Así, sienten la necesidad de tener amigos y ser aceptados y "si aparece alguien que dice que es su amigo y cognitivamente es superior, se lo van a creer y van a hacer todo lo que les pidan". "Por eso necesitan educación sexual para detectar el abuso", subraya esta experta.

Una formación que debe empezar en la infancia y continuar en los centros de educación especial y también en las residencias en las que vivan en la edad adulta, porque en estos ámbitos también pueden tener lugar los abusos.

Y enseñarles que hay personas que pueden querer abusar de su cuerpo, que los abusos sexuales están camuflados dentro de acciones que ellos consideran de cariño y amistad, que los juegos secretos "no valen" y que siempre tienen que contarlo.

Identificar abusos y saber denunciarlos

Y deben saber cómo denunciar si ocurre y contárselo a sus padres o a su profesor.

"Pero también hay que decirles que estas cosas malas también las puede hacer su papá y entonces se lo tienen que contar a mamá y hay que decirles que a veces mamá mira para otro lado y no hace nada, y entonces se lo tienen que contar al profesor. Pero también tienen que saber que a veces es el profe el que hace estas cosas", explica Jiménez de la Hoz.

Además, advierte de que hay que hablar de ello y repetirlo constantemente porque las personas con Síndrome de Down suelen presentar problemas de memoria y necesitan mucha repetición, de manera que este contenido debe ser recurrente.

Educación sexual, también para las familias

Para esta experta, las familias son una pieza fundamental y "deben formarse en educación sexual para poder acompañar a su hijo en su desarrollo psicosexual".

No obstante, reconoce que muchas veces las familias tienen miedo y muchas caen en el falso mito de que si hablo a mi hijo de sexualidad "va a coitar sin control y no, al revés, debemos enseñarles qué son las relaciones sexuales, que hay que pedir permiso, o qué hacer cunado me enamoro".

De ahí la importancia, insiste, de que los centros incorporen la educación sexual. "Porque estos chicos se van a masturbar, desean tocar a quien tengan al lado, desean coitar y, si no hay un apoyo del profesorado y de concienciación a las familias, estos chicos van a desarrollar problemas conductuales debido a la contención sexual, y eso es muy negativo".

Lo ideal -señala- es generar cursos específicos de contenidos teóricos concretos sobre qué es la sexualidad, en qué consiste, cómo es mi cuerpo, qué significa la masturbación, cómo puedo llevarla a cabo, cómo puedo coitar si el otro quiere, cómo seducir, cómo tener pareja, cómo poderla mantener, el tema de los celos, etc.

Porque algunas de estas personas quieren irse a vivir juntas como pareja y con mucho apoyo profesional y de las familias, lo consiguen, igual que consiguen acceder al mercado laboral como el resto de la sociedad, subraya Jiménez de la Hoz.

"Debemos apostar por la educación sexual para conseguir la inclusión de las personas en todos los ámbitos", ha incidido esta experta.

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