Una de cada cuatro familias se salta comidas para ahorrar

Los profesores españoles confirman que, con la sucesión de crisis, han detectado un aumento de los niños que llegan con hambre al colegio.

Comedor social en la parroquia del Carmen en Zaragoza.
Comedor social en la parroquia del Carmen en Zaragoza.
Oliver Duch

Los problemas económicos provocados en muchos millones de familias españolas por el encadenamiento de crisis sanitarias y sociales en los últimos años han empezado ya a comprometer incluso la alimentación de sus miembros.

Una de cada cuatro familias reconoce que muchos días en casa se saltan comidas para poder ahorrar gastos, porque con su volumen de ingresos actual no llegan a final de mes. Así lo refleja un estudio para cuantificar la pobreza alimentaria que la marca de desayunos Kellogg's ha encargado a una consultora internacional y con el que ha chequeado la situación en España, Francia, Italia, Alemania, Bélgica, Reino Unido e Irlanda.

Si el dato general es alarmante, cuando los expertos ponen el foco en los hogares más modestos la proporción se dispara. En cuatro de cada diez casas en las que entran cada año menos de 15.000 euros se saltan actualmente comidas para tratar de salir a flote.

No obstante, el trabajo aclara que España es uno de los países estudiados con menos familias con grandes dificultades para poder alimentarse. Aquí la cifra rozaría el 18%, pero en Reino Unido sobrepasan el 29%, en Francia el 25% y en Alemania están por encima del 21%.

Pese a la mejor posición relativa, dos tercios de los españoles aseguran que las crisis socioeconómicas recientes han complicado bastante su situación financiera. Las complicaciones son el pan de cada día en los hogares con una renta anual inferior a los 15.000 euros, hasta el punto de que más de un tercio de estas familias, el 36%, han tenido ya que recortar no solo alguna comida sino en toda clase de gastos en bienes y servicios de los considerados esenciales.

Baja el rendimiento escolar

El trabajo incluye una parte en la que pregunta a un número significativo de maestros por la calidad de alimentación de sus alumnos. Los docentes señalan que han detectado desde el inicio de la crisis pandémica un aumento importante del porcentaje de niños que llegan con hambre al colegio por no haber desayunado o por haberlo hecho de manera insuficiente. Dos de cada tres profesores observan que bastantes padres están teniendo problemas con el presupuesto para la compra de alimentos. Estos profesionales recuerdan que el hambre afecta al rendimiento escolar de los chicos, ya que aumenta el cansancio, disminuye la concentración, empeora el estado de ánimo e incluso genera peor comportamiento en clase.

El estudio desvela que los españoles que no desayunan a diario casi se han duplicado desde 2016, pasando del 4% al 7%. Explica que, aunque la mayoría dice saltarse esta comida por falta de tiempo o de hambre, un 3% admite que no puede permitírsela y otro 5% reconoce que no desayuna para que otros miembros de su familia puedan hacerlo. En el caso de tramo de rentas bajas ambos porcentajes se duplican.

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