Ferrovial se afana en justificar ante el Gobierno su salida de España

La constructora trata de tranquilizar a Hacienda, Economía y Trabajo sobre la veracidad de su traslado de sede social ante las dudas generadas.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y el de Ferrovial, Rafael del Pino
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y el de Ferrovial, Rafael del Pino
H. A.

Ferrovial trata de apagar los fuegos que han crecido en torno a su decisión de trasladar su sede social desde España a Países Bajos, avivados por la indignación del Gobierno con esta operación. El cambio, aunque legal, ha puesto a la constructora bajo la lupa de varios ministerios y organismos públicos, que vigilan la realidad de ese movimiento de domicilio fiscal.

Son precisamente esas dudas las que el grupo está tratando de sofocar desde que el martes por la noche hiciera públicas sus intenciones. Responsables del grupo, incluido su presidente, Rafael del Pino, están en contacto con el Ministerio de Hacienda, el de Economía o el de Trabajo para insistir en que su traslado responde a una realidad -el establecimiento de una sede en Ámsterdam, epicentro de las inversiones en toda Europa- y no a una ficción -un mero traslado maquillado para pagar menos impuestos-. Fuentes de la compañía indican que esos contactos están siendo habituales estos días mientras que desde el Ministerio de Economía apuntan que están "analizando en qué se sustancian los argumentos esgrimidos por Ferrovial y sus implicaciones". Sin embargo, descartan que el departamento dirigido por Nadia Calviño esté preparando una normativa 'ad hoc' para evitar más casos como éste.

En el Ejecutivo siguen muy que molestos con una decisión que conocieron casi al mismo tiempo que el mercado bursátil, cuando la corporación anunció sus intenciones con "un comunicado y una presentación de tres hojas" para justificar este cambio, ironizan fuentes gubernamentales.

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha confirmado que mantuvo una "conversación cordial" con el presidente de Ferrovial, Rafael del Pino, en la que le trasladó que "el Gobierno de España lamentaba que se hubiera producido" esa intención de irse a Países Bajos. "No nos parecía que, después de cómo España había tratado a Ferrovial durante toda la democracia". También la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz ha mantenido una "intensa" conversación con Del Pino este mismo miércoles, según indican fuentes gubernamentales. En esa conversación telefónica, Díaz le pidió explicaciones y le exigió garantías con el empleo en España.

La empresa insiste en que mantendrá su actividad en España, así como el empleo y el pago de los impuestos que le correspondan, aunque guarda mutismo absoluto sobre el impacto que pueda tener esta decisión en futuras adjudicaciones de obra o contratos con la Administración.

Las reacciones del mundo económico también ha llegado desde el vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, para quien la cuestión de la sede social tiene "un valor simbólico" y lo importante es el nivel de actividad y empleo que genera en el país.

Los filtros bursátiles

El paseíllo de Ferrovial frente a varios departamentos ministeriales tendrá su proceso reglamentado en la Comisión Nacional del Mercado de Valores. El supervisor "desconoce" las "dificultades" que ha esgrimido la compañía para tener que trasladarse al mercado bursátil de Ámsterdam para después dar el salto a EE. UU. Fuentes de la CNMV muestran su "sorpresa" por los argumentos explicados a la propia Comisión en un hecho relevante más detallado este jueves. A su juicio, ya está demostrado que hay muchos accionistas americanos y de todo el mundo en empresas cotizadas en España sin tener que realizar este estratégico movimiento.

El organismo presidido por Rodrigo Buenaventura se encargará a partir de ahora de verificar que la información que la compañía ofrezca a los accionistas sea "completa y transparente". Después, una vez finalizado el proceso, la CNMV tendría que admitir a negociación en la Bolsa española las nuevas acciones de Ferrovial ya con su sede establecida en Ámsterdam.

Mientras, el mercado bursátil español sigue aplaudiendo la decisión: Ferrovial ha subido un 4,5% en Bolsa desde el martes, tras el 2,7% que repuntaba solo este viernes.

Apoyo

Sánchez insiste en señalar los intereses de Del Pino: "La patria no es solo hacer patrimonio"

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha ejercido de cabeza visible en las críticas de todo el Ejecutivo a Ferrovial, en términos generales, y su presidente, Rafael del Pino, de forma particular, por el traslado de la sede social a Países Bajos. Después de que varias fuentes gubernamentales deslizaran que la decisión respondía a un "interés personal" del empresario para pagar menos impuestos en Ámsterdam, el propio Sánchez apuntó ayer desde Finlandia que "la patria no es solo hacer patrimonio, es ser solidario, arrimar el hombro, y ayudar, sobre todo, cuando tu país te necesita".

El Ejecutivo ha recordado a Del Pino que "buena parte" de la fortuna de Ferrovial "se ha hecho gracias a España", teniendo en cuenta que la familia Del Pino es "la tercera o cuarta" fortuna del país. En este sentido, Sánchez ha explicado que la marcha de la empresa no está relacionada con las garantías jurídicas, "que las hay porque en todos los índices internacionales España, tanto de la OCDE, como de los más prestigiosos del mundo, sitúan al país como uno de los lugares más seguros para poder invertir y ahí están los datos".

El reguero de críticas continuó ayer contra Del Pino por parte de otros ministros, todos lanzados contra Ferrovial. La vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, considera que la marcha de España es "un acto político" y que, desde su punto de vista, se trata de una decisión "injusta". La titular de Transportes, Raquel Sánchez, insistió en el "el poco compromiso social de aquellos que muchas veces se señalan como patriotas".

Sin embargo, la constructora recibió muestras de apoyo, como la del presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, se ha adentrado de lleno en la polémica al calificar de "increíble, absurda y peligrosa" la reacción del Gobierno al anuncio de la compañía. En un duro mensaje, Garamendi ha avisado al jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, de que señalar, con nombres y apellidos, a Rafael del Pino, presidente de Ferrovial, genera "desconfianza" entre los inversores.

Por su parte, el presidente del PP, Alberto Núñez Feijoó, ha elevado el tono contra Pedro Sánchez al acusarle de haber sido "más 'hoolingan' que nadie" por dedicarse a "insultar" a Ferrovial y su presidente contribuyendo a lo que, a su juicio, ha sido "incendiar el problema" en vez de "solucionarlo".

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