Una anciana ratifica en un juicio que sufrió abusos por parte de un empleado de una residencia

El acusado ha negado los hechos aunque ha reconocido que pudo cometer "errores" por su inexperiencia.

Imagen de archivo.
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Pixabay

La Audiencia de Madrid ha juzgado este jueves a un trabajador de una residencia acusado de abusar sexualmente de una anciana de 94 años, quien en la vista oral ha ratificado que el hombre le tocó el pecho y le pellizcó los pezones, mientras que el acusado ha negado los hechos aunque ha reconocido que pudo cometer "errores" por su inexperiencia.

En el juicio, que se ha celebrado este jueves y ha quedado visto para sentencia, la Fiscalía ha solicitado tres años de cárcel por un presunto delito de abuso sexual para el trabajador de la residencia privada, ubicada en el barrio de Pacífico de la capital.

Los hechos ocurrieron en agosto de 2019, cuando el empleado llevaba solo un día trabajando allí y a la hora de acostar a los residentes entró en la habitación de la mujer y le hizo un comentario sobre sus pechos, además de tocamientos en los pezones, por los que la anciana, que tenía 94 años, se quejó, según el relato de la Fiscalía.

La fiscal ha subrayado durante su intervención que el testimonio de la mujer es "creíble, persistente y que carece de ánimo oscuro", en referencia a que "siempre" ha mantenido la misma versión: "le deja durante un tiempo el camisón subido y aprovecha para tocarle los pechos, pezones y realizar comentario obscenos sobre ello, por lo que hay un ánimo lascivo", ha concluido.

La víctima ha alegado ante la Sala que, en el momento en que el trabajador la ayudó a acostarse, le "metió la mano por debajo del camisón" y le estuvo "tocando las dos tetas mucho tiempo", además de los pezones. "Vi las estrellas", se ha lamentado.

La hija de la víctima ha recordado que, según lo que le contó su madre después de que ocurrieran los hechos, el acusado "hizo comentarios sobre sus pechos", en concreto: "ay, qué tetas" o "ay, qué pezones".

También ha confesado que su madre "lloraba cada vez que hablaba de lo ocurrido".

Por su parte el empleado acusado de los abusos ha reconocido que debido a su "inexperiencia" pudo cometer "errores", aunque ha negado "haber tocado los pezones o haber hecho comentarios sobre sus pechos".

El trabajador ha admitido este que, al ser su segundo día de trabajo, iba "atrasado y nervioso", y que cuando entró a la habitación, "la señora estaba a medio vestir".

Aunque ha reconocido que "pudo haber un roce con el camisón por nervios y prisa", ha insistido que "en ningún momento" le pellizcó los pezones, y que la mujer le dijo que "tuviera cuidado" porque "debajo de los pechos tenía unas heridas o edemas".

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