La Defensora del Pueblo de Cataluña detecta "carencias" para los menores en la yincana de Vilassar

Dice que las actividades "no se pueden calificar" de educación afectivo-sexual. 

Ayuntamiento de Vilassar de Mar
Ayuntamiento de Vilassar de Mar
Ayto Vilassar

La Defensora del Pueblo de Cataluña (Síndic de Greuges), Esther Giménez-Salinas, ha detectado "carencias" en las garantías de los derechos de los niños y jóvenes que participaron en la yincana con contenido sexual en Vilassar de Mar (Barcelona), según ha informado la institución este lunes en un comunicado.

La institución había abierto una actuación de oficio para estudiar la yincana nocturna organizada por el Ayuntamiento y pidió información sobre la actividad "en atención a la protección del interés superior de los niños y adolescentes que participaron".

El Ayuntamiento señaló en su respuesta que fue una actividad programada y dinamizada por el Espai Jove Can Jorba, en el marco del Plan local de juventud dirigidas tanto a familias como niños y adolescentes sobre educación afectivosexual y que se enfocaron a tratar temas de sexualidad por que el Consell d'Adolescents señaló que era un tema que interesaba.

La Defensora considera fundamental la coeducación y la educación afectivo-sexual y reconoce como valiosa la iniciativa del consistorio, pero ha dicho que debe tener "garantías de calidad, y eso pasa por que esté diseñada e impartida por profesionales formados en la materia" y adecuada y adaptada a la edad de los receptores.

En el caso de Vilassar, ha dicho que de la información facilitada "no se ha acreditado que las personas que trabajaban en el proyecto disponían de formación específica en educación afectiva y sexual con niños y adolescentes".

Además, la institución ha señalado que la edad a la que iba destinada la actividad, entre 12 y 30 años, tendría que haber sido un elemento básico en el diseño y planificación de la misma: "Era necesario garantizar que la actividad era adecuada para el nivel madurativo de los participantes y en uno de los grupos, por ejemplo, coincidieron jóvenes de edades muy diferentes. Eso se tendría que haber evitado", ha añadido.

También ha asegurado que "tener la información adecuada habría permitido decidir de manera más fundamentada sobre la participación en las actividades", ya que la falta de información previa del contenido de las pruebas pudo situar a los participantes en situaciones inesperadas e incómodas. 

Difusión de imágenes

Sobre difusión de imágenes de los menores participantes, el Ayuntamiento alegó que disponía de los formularios de consentimiento de imágenes globales para todas las actividades del Juliol Jove, pero que en el caso de los menores de 14 años cualquier entidad debe contar con una autorización expresa de los padres o tutores legales y, a partir de esa edad, del mismo adolescente.

Por todo ello, la Defensora ha considerado que las actividades organizadas en Vilassar "no se pueden calificar como educación afectivo-sexual", ya que no cumplían los criterios que este tipo de educación debe tener para permitir que los menores reciban la preparación que los capacite para tomar decisiones informadas sobre su sexualidad.

La institución ha pedido al ayuntamiento que tome las medidas necesarias para evitar que se vuelvan a producir situaciones semejantes, y ha recomendado llevar a cabo una evaluación técnica externa realizada por expertos en educación sexual y afectiva en jóvenes y adolescentes.

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