Fran Sevilla: "Cada vez que escucho un ruido fuerte e inesperado, mi cuerpo se pone en tensión"

El periodista y corresponsal de guerra cubrió para RTVE la guerra de Ucrania y sufrió un ataque de proyectiles rusos cerca del vehículo que le transportaba.

El periodista de RNE Fran Sevilla muestra los destrozos sufridos por el coche.
El periodista de RNE Fran Sevilla muestra los destrozos sufridos por el coche.
RTVE

Con cuatro décadas como profesional de la información en RTVE, el periodista y corresponsal de RNE en Washington, Fran Sevilla (Madrid, 62 años), cubrió para la corporación pública la invasión rusa de Ucrania porque quiere «vivir los acontecimientos en directo». Dejó Ucrania con sensación de "tristeza y derrota" tras ver a ancianos dejándose morir por cansancio.

¿Qué pensó cuando le destinaron a Ucrania?

Estoy de corresponsal de RNE en Washington, había empezado la invasión y era complicado encontrar a alguien con experiencia en conflictos bélicos. El año que viene cumplo 40 años de coberturas bélicas. Dije que sí inmediatamente. Como periodista quería estar allí. Me gusta vivir los acontecimientos en directo. Contar las cosas, no que me las cuenten. Era obvio que la invasión de Ucrania tendría una dimensión global.

¿Todos los conflictos que ha cubierto tienen algo en común?

Todas las guerras son iguales y distintas. Tienen en común que sufren sus consecuencias los mismos: la población civil. En la I Guerra Mundial morían básicamente militares. A partir de ahí, el mayor porcentaje de víctimas han sido civiles. Cada guerra tiene sus características y sus intereses, una geografía interna en la que se desarrolla el conflicto.

¿Cómo era su día a día en Ucrania?

Trabajar sin previsión y sin horario. Levantarse muy temprano y empezar a preparar los informativos en RNE, además de hacer vídeos para las redes sociales y TVE. No sabíamos cuando nos íbamos acostar y qué iba a ocurrir. Llegué a una Kiev asediada, pero el asalto ruso no se produjo. Se replegaron y los ucranianos recuperaron territorio. Cada día consiste en levantarte, planificar y siempre bajo la constante de los bombardeos, que nunca sabes dónde serán. Es muy difícil prever. En una guerra todo está abierto.

Ha hecho crónicas en TikTok.

Ha sido absolutamente novedoso para mí. Soy un periodista mayor. Muchos se sorprendían al verme con el pelo y la barba blanca cubriendo una guerra. Las redes sociales han eclosionado en los últimos años y pueden ser muy útiles si se utilizan bien. Yo hacía coberturas básicamente para radio, con alguna colaboración para TVE, y poco en redes. Pero esta nueva dimensión ha sido enriquecedora. En la guerra las redes sirven para contar qué está ocurriendo y para manipular. Me acusaban de inventarme lo que estaba viendo. En Bucha, por ejemplo, a los muertos.

Sufrió ataques de proyectiles rusos. ¿Cómo lo vivió?

Fue un momento muy complicado y difícil. Íbamos en el coche, en lo que se llama zonas grises o cero, en las que la movilidad del frente es rápida e impredecible. Los rusos avanzaban y, de repente, cayó un proyectil a metros del coche. Los cristales reventaron. Salimos y nos tiramos al suelo. Pensé que todo se había acabado. Mientras hacía un vídeo para mostrar los daños del coche llegó otro proyectil. Y luego más. Es imposible saber si nos atacaban a nosotros o a los ucranianos. El recuerdo permanece. Cada vez que escucho un ruido fuerte e inesperado, mi cuerpo se pone en tensión.

¿Qué sensación le quedó tras 75 días en la guerra?

De tristeza y derrota ante lo que todas las guerras suponen para la gente. Cuando empecé a cubrir conflictos, en los ochenta, en Centroamérica y Nicaragua, me decían que las guerras las deciden hombres mayores que se odian, pero que mueren hombres jóvenes que no se conocen y no se odian. Las guerras son así, con el añadido del factor de la población civil. He visto cómo gente de avanzada edad renunciaba a sobrevivir y a intentar salvar su vida yéndose de allí por el cansancio. Es una sensación muy sobrecogedora.

Otras cadenas reducen la información internacional.

Un medio público debe apostar por una información internacional de calidad. Es fundamental. No entiendo que se renuncie a ella en la globalización, cuando todo lo que ocurre nos afecta cada día más. No estamos a salvo de nada. Lo vimos con la pandemia y la presidencia de Trump y con Ucrania. Un medio público no puede renunciar a esa información.

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