Las bajas por menstruación dolorosa dividen al Gobierno y los sindicatos

Yolanda Díaz se muestra "absolutamente de acuerdo" con la medida, mientras el ministro Escrivá enfría las expectativas.

La ministra de Igualad, Irene Montero, en la comparecencia de este miércoles ante la Comisión de Igualdad del Congreso en Madrid.
La ministra de Igualad, Irene Montero.
Agencia EFE

Los permisos o bajas laborales por menstruaciones dolorosas, medida que aboga por introducir el Ministerio de Igualdad en el anteproyecto de la nueva ley del aborto, divide de nuevo al Gobierno. El área económica del Ejecutivo cree que puede estigmatizar a la mujer y retraer la contratación femenina, mientras que Trabajo apoya la iniciativa. La aprobación de esta medida está en estos momentos sujeta a negociaciones entre PSOE y Unidas Podemos. La idea suscita también opiniones discrepantes entre los sindicatos. UGT considera que puede suponer un "flaco favor a las mujeres", mientras que CC.OO. la respalda.

De acuerdo con el borrador que ha trascendido, la norma, que el Consejo de Ministros tiene previsto aprobar el martes, prevé bajas por menstruaciones incapacitantes que podrán durar de tres a cinco días al mes, siempre y cuando un facultativo lo acredite. "La mujer trabajadora que padezca dismenorrea, de forma que le impida el desempeño de las funciones ordinarias del trabajo diario, tiene derecho a abstenerse de trabajar un máximo de tres días, prorrogables por dos días más si se justifica la necesidad mediante informe médico, al mes", reza el texto del borrador de Igualdad.

El ministro de Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, enfrió las expectativas y aseguró que la hipotética ausencia del trabajo por dismenorrea está "en discusión" y no hay una decisión tomada al respecto. Escrivá aseveró que el Ejecutivo está trabajando "internamente" en dicha ley para buscar un "equilibrio" para hacer compatible la protección de la mujer en estos casos con que no se vea "entorpecida" su participación "plena" en el mercado de trabajo.

Para la parte socialista del Gobierno, especialmente el área económica, el reconocimiento de permisos laborales por reglas incapacitantes se perfila como una iniciativa discriminatoria, dado que engendraría reticencias entre los empresarios a la hora de contratar a una mujer. En público, la responsable de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, eludió concretar si está a favor o en contra y se limitó a subrayar que el Ministerio de Igualdad ha trabajado con varios borradores. "El Gobierno está absolutamente comprometido con la igualdad de género y nunca va a adoptar medidas que puedan traducirse en una estigmatización de las mujeres", sostuvo Calviño.

Los ministros de Unidas Podemos sí que apuestan, en cambio, por políticas de género en el ámbito laboral. La titular de Trabajo, Yolanda Díaz, se mostró "absolutamente de acuerdo" con arbitrar permisos remunerados al entender que el derecho laboral "está profundamente masculinizado". "Hay que tener la sensibilidad suficiente para comprender que las mujeres y los hombres son diferentes, y que el mundo laboral no es neutro", remachó.

La delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Victoria Rosell, adujo que si el Estado se ocupa de las bajas por reglas dolorosas, la medida no tendría por qué marginar a la mujer. Con todo, Rosell subrayó que no opinaba más sobre el asunto, dado que se trata de un precepto que puede desaparecer de la redacción final de la ley.

Discrepancias sindicales

El asunto de la baja laboral por dismenorrea concita discrepancias entre los propios sindicatos. La vicesecretaria general de la UGT, Cristina Antoñanzas, expresó sus reservas en la Cadena Ser. "No sé si nos hace un flaco favor a las mujeres. Creo que hay que hacer algunas matizaciones porque estigmatizar otra vez a las mujeres porque tengan esa baja por tener la regla nos parece que es poner otra vez el foco sobre nosotras".

Sin embargo, CC.OO. ve con buenos ojos la cuestión. Carolina Vidal, secretaria de Mujeres, Igualdad y Condiciones de Trabajo del sindicato que dirige Unai Sordo, aplaudió la iniciativa. "La salud laboral de las mujeres es distinta a la de los hombres. Tenemos que acudir a nuestros puestos de trabajo sin dolor y en plenas condiciones. A falta de conocer el texto completo, saludamos esta medida de manera muy favorable".

La patronal CEOE se abstuvo de comentar el proyecto hasta conocer el anteproyecto definitivo. Francisco Carmona, jefe del Servicio de Ginecología del Hospital Clinic de Barcelona, cifró hace unos años en 20 millones anuales el coste de las horas laborales perdidas por el dolor intenso pélvico. De salir adelante la propuesta de Igualdad, España se convertiría en el primer país de la UE en regular el permiso por menstruación dolorosa. Este derecho está reconocido en Japón, Taiwán y Corea del Sur. Los ayuntamientos de Girona y Castellón lo tienen incluidos en sus convenios. 

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