Tristeza e impotencia en el funeral de Erika, la niña asesinada en Oviedo

La capilla en la que ha tenido lugar la despedida de la joven se ha quedado pequeña para las quinientas personas que han acudido a apoyar a la familia.

Unas quinientas personas han acudido a despedir a la joven asesinada.
Unas quinientas personas han acudido a despedir a la joven asesinada.
Europa Press

El funeral de la niña asesinada en Oviedo este martes, Erika Yunga, ha estado marcado este jueves por intensa emoción y por tristeza y el sentimiento de "impotencia" que compartían varios de los asistentes ante el trágico crimen cometido este martes.

La Capilla de la Religiosas de María Inmaculada, donde ha estado instalada la capilla ardiente este tiempo, se ha quedado pequeña para la celebración del funeral.

Unas quinientas personas, muchos familiares y amigos de la niña de 14 años, fueron llegando para asistir a la misa antes de las 16.00, hora prevista para la ceremonia. La cantidad de flores y ramos hizo que la empresa funeraria necesitase más de un vehículo para transportarlas.

El funeral duró más de una hora, tiempo en el que las más de trescientas personas que estaban en la calle guardaron un respetuoso y doloroso silencio.

Fue un silencio que solamente se rompió cuando los operarios de la empresa funeraria sacaron el féretro con la pequeña para trasladarlo al coche que lo llevaría al cementerio de El Salvador, en Oviedo.

En ese momento, pasadas las 17.00, todos los asistentes rompieron en aplausos. No faltó la bandera de Ecuador, país del que son originarios sus padres.

Después de los aplausos, compañeros y amigos de la niña ovetense rompieron a llorar, desconsolados y arropándose unos a otros, acompañados por sus familias.

El padre de la niña asesinada quiso dirigirse a todas las personas que les han acompañado este tiempo. "Muchas gracias por venir", dijo a las puertas de la capilla, visiblemente emocionado.

A Erika Yunga la mataron este martes por la tarde, después de volver del instituto donde estudiaba, el IES La Ería. Según testigos de la zona llegó a llamar al telefonillo del portal de la calle y su familia le abrió. Pero nunca llegó a subir al cuarto piso del número 69 de la calle Vázquez de Mella, donde residía.

En el pasillo del piso primero se localizaron restos de sangre y se dio aviso a la Policía Nacional. Entraron finalmente en un piso en el que vivía un hombre de unos treinta años y que está ya detenido por la muerte de Erika. Ella murió víctima de heridas de arma blanca. Él también presentaba cuchilladas y está ingresado en el Hospital Universitario Central de Asturias. Según vecinos de la zona se trata de un hombre de unos treinta años y de origen moldavo que vivía de alquiler.

Las fuentes oficiales de la Policía Nacional no han querido dar información al respecto alegando que el juzgado ha declarado secreto de sumario. La delegada del Gobierno en Asturias, Delia Losa, ha dicho este jueves que la Policía trabaja para resolver la investigación de forma que se pueda juzgar cuanto antes al detenido, tras un hecho que ya está calificado de asesinato.

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