El francotirador que quiso "acabar" con Sánchez: "Soy un sentimental, no un asesino"

La Audiencia Nacional juzga a Manuel Murillo, a quien piden 18 años de cárcel, por trazar un presunto plan contra el presidente tras la exhumación de Franco.

El acusado Manuel Murillo Sánchez comparece ante la Audiencia Nacional este martes en Madrid.
El acusado Manuel Murillo Sánchez comparece ante la Audiencia Nacional este martes en Madrid.
EFE

Manuel Murillo tenía un objetivo, "forzar un cambio en la vida política en el país", y una meta: "acabar" con Pedro Sánchez "con un tiro preciso". Este vecino de Tarrasa (Barcelona) de 66 años -atleta, aficionado al tiro de precisión y vigilante de seguridad- está siendo juzgado en la Audiencia Nacional por graves delitos: le piden 18 años y medio de prisión. Pese a que la Fiscalía apunta en su escrito a que alcanzó la "convicción personal" de atentar contra el presidente del Gobierno, el acusado rebajó este martes ante el tribunal sus macabras intenciones contenidas en los mensaje que dejó en un grupo de WhatsApp de corte ultra, llamado 'Tarrasa por España'.

Murillo declaró que las amenazas fueron "de broma" y eran para "ver quién la decía más gorda", asegurando que no "tenía ninguna intención real" de ejecutar sus intenciones porque es "un sentimental" y no "un asesino". "Eran cosas que salían en las noticias y me preocupaba de que España fuera mal. Al beber me venían estas ensoñaciones como siendo patriótico. Todo esto es de matar a gente y yo no mato a nadie", señaló en la primera sesión del juicio, que sigue este miércoles.

La vista oral se centró en el análisis de los mensajes que compartió en el citado grupo tras anunciarse la exhumación de los restos de Franco, en vrano de 2018. "Pienso que son disparates muy grandes, porque yo no soy ni militar ni francotirador ni mercenario ni bueno tirando", dijo. Y en contra de lo que presumía a través de WhatsApp, ha afirmado que "lo máximo que ha tirado" es a 50 metros de distancias en las galerías de tiro a las que acudía.

También explicó al tribunal que "en aquella época estaba saturado, muy cansado del trabajo" y pasó bastante tiempo comiendo y bebiendo "a menudo", bajo los efectos del trankimazin, "que dicen que hace una reacción que puedes alucinar".

Pertrechado con un arsenal de armas en su domicilio, el cerebro de la llamada 'operación Valkiria' difundió sus ideas en el citado chat en 2018 y su animadversión contra Sánchez fue creciendo con el paso de los días dado su carácter obsesivo, solitario y nostálgico. "Si es preciso me voy a ir armado y me sentaré en la tumba de Franco y si se me acercan disparo. Si tocan a Franco sugiero que empiece la guerra otra vez por nuestro honor (...) Y esta vez no dejaremos ni uno", escribió.

"En el punto de mira"

Ante los avances en el proceso que terminó con los restos del dictador fuera del complejo del Valle de los Caídos, Murillo manifestó sus deseos de tener al jefe del Ejecutivo "en el punto de mira". Su sueño, "volver al oeste del 'far west' con un revólver en el cinto" o con una ametralladora MG42 en su defecto".

Acusado por un delito de homicidio en grado de proposición y otro por depósito de armas y municiones de guerra, Murillo le comentó a sus compañeros de chat que a Sánchez "hay que ir a cazarlo como un cuerno (ciervo) y poner la cabeza en la chimenea. Hay tantos cazadores en España y ninguno tiene cojones. Solo matan pobres animalitos que no rompen España, a este si que hay que cazarlo", sostuvo.

Hijo del último alcalde franquista de la localidad barcelonesa de Rubí, el acusado dio un paso más cuando comenzó a solicitar colaboración para llevar a cabo su proyecto, estableciendo contacto con varias personas. "Es un plan para acabar con el gobierno que hay, pero no quiero que lo sepa nadie, solo los justos. Es algo como en la Segunda Guerra Mundial fue Valkiria (el frustrado intento de asesinato de Adolf Hitler). Soy un francotirador y con un tiro preciso se acaba el Sánchez antes de que del todo hunda a España. No harían falta guerras".

Los agentes localizaron en su vehículo una pistola, una carabina, un puñal y varios útiles para la práctica del tiro. Además, en su domicilio también hallaron varios revólveres, una escopeta, un fusil de asalto y una ballesta artesanal. Adicionalmente, incautaron gran cantidad de munición y varios artefactos explosivos. La denuncia partió de una interlocutora de Murillo en el citado chat de telefonía móvil.

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