Los barceloneses desobedecen las restricciones planteadas por Torra

El Govern advierte que Cataluña está a las puertas del confinamiento y admite errores por no evitar la salida masiva de coches.

Barcelona inicia quince días de restricciones para frenar la Covid-19
Barcelona inicia quince días de restricciones para frenar la Covid-19
Alejandro García

Los barceloneses desobedecieron a Quim Torra. Las medidas restrictivas para la población de Barcelona y su área metropolitana, y también para las comarcas leridanas del Segrià y la Noguera, entraron este sábado en vigor para las dos próximas semanas, con un grado de cumplimiento bajo, viendo las cifras de tráfico y el aforo de las playas.

El Gobierno catalán recomienda a los habitantes de Barcelona que se queden en casa, salvo para ir a trabajar, al médico o por cuestiones de fuerza mayor, y les pidió expresamente el viernes pasado que no salieran de la ciudad y no se marcharan de fin de semana a la segunda residencia. Pero para muchos las llamadas a la responsabilidad cayeron en saco roto.

El Govern informó que entre el viernes y el sábado salieron en desbandada cerca de 415.000 vehículos del área metropolitana de Barcelona con dirección a las localidades costeras (Tarragona o Gerona), una cifra de tráfico que solo es un 10% inferior al de un fin de semana habitual o un 20% menor que el mismo sábado de julio del año pasado.

Las clásicas retenciones de coches en la AP-7, en dirección a la Costa Brava, se repitieron este sábado como un día normal. La mayoría de la gente salió el viernes aprovechando que las medidas no habían entrado aún en vigor. Pero la recomendación era quedarse en casa y no salir de Barcelona.

El consejero del Interior reconoció que no se podía multar a nadie, salvo que se implantara el confinamiento perimetral o el domiciliario. Pero el Govern necesitaría que el Ejecutivo central decretara el estado de alarma.

Además, los que se quedaron en Barcelona o en alguna de las doce localidades metropolitanas llenaron las playas, a pesar de que la consigna oficial aconsejaba quedarse en casa. "Hay que evitar las playas", dijo la consejera de Salud, Alba Vergés, aunque los alcaldes metropolitanos no estaban de acuerdo. Se prohíben además los encuentros y reuniones de más de diez personas. Esta medida incluye bodas, servicios religiosos, celebraciones y ceremonias fúnebres.

También se suspende la apertura de teatros y cines y eventos deportivos, así como establecimientos de ocio nocturno. En las actividades de hostelería y restauración se limita el aforo. Agentes de policía que patrullan en los arenales señalaron que ayer había menos gente que un sábado de julio normal, pero aún así el aforo era considerable.

Las imágenes no ofrecían duda. Entre el cansancio de unos por los meses confinados, las dudas generadas en otros por los mensajes contradictorios que lanzan unas y otras autoridades (Generalitat y ayuntamiento), el incivismo o que directamente el Govern ha dejado en manos de la gente la decisión de confinarse o no -"si no es obligatorio, no tengo por qué hacerlo", es una de las frases más escuchadas estos días entre los barceloneses-, Barcelona daba este sábado una imagen de casi normalidad para el mes de julio. Solo faltaban más turistas.

Aviso general

El Govern reconoció este sábado que fue un "error" anunciar las medidas restrictivas, pero no prohibir de inmediato las salidas de Barcelona. Aun así, el director de la unidad de seguimiento del coronavirus de la Generalitat, Jacobo Mendioroz, advirtió a la población que si sigue sin hacer caso a las indicaciones oficiales y, a la vez, las cifras de contagios no se controlan, "el siguiente paso es el confinamiento domiciliario". Incluso "podría ser antes de 15 días", avisó. "Si no somos responsables, es probable que estemos a las puertas de un nuevo confinamiento", afirmó.

Pero las cifras siguen empeorando y pasarán días hasta que las medidas decretadas por el Gobierno catalán surtan efecto. Según los datos de la Consejería de Salud, un total de 1.226 personas dieron positivo en las últimas 24 horas en toda Cataluña, casi 900 de ellas solo en el área de Barcelona. El viernes también se contagiaron más de mil personas.

El Govern admitió errores y corrigió uno de los aspectos que más le criticaban desde la oposición: que llevara dos meses sin 'número dos' en la Consejería de Salud. La figura que debe hacer el papel de Fernando Simón en la Administración catalana ha recaído en quien hasta la fecha era el director del Instituto Catalán de la Salud, Josep Maria Argimon.

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