Torra juega con la tragedia del coronavirus para avivar el 'procés' y atacar a Esquerra

JxCat y ERC discrepan en torno a la burda idea lanzada por el presidente de la Generalitat de que en una Cataluña fuera de España habría habido menos muertos.

Quim Torra, durante la reunión de ayer por videoconferencia de presidentes autonómicos con Pedro Sánchez
Quim Torra, durante la reunión de ayer por videoconferencia de presidentes autonómicos con Pedro Sánchez
EFE

El independentismo más irredento se sumerge de nuevo en terreno pantanoso. Ya lo hizo tras el atentado yihadista de las Ramblas, en 2017, pues convirtió una manifestación de rechazo al terrorismo en un acto de repulsa contra el Rey y el Gobierno, y vuelve a hacerlo en plena pandemia por el coronavirus, enarbolando la bandera de que en una Cataluña independiente se habrían producido menos muertos. Del España nos roba, al España nos mata.

"Yo nunca diría España nos mata", afirmó días atrás la consejera de Presidencia, Meritxell Budó. Pero dijo algo parecido. Con otras palabras: "Con la independencia habríamos actuado antes y probablemente no tendríamos tantos muertos ni tantos infectados", aseguró. Lo mismo que Quim Torra. Siempre que se le pregunta al respecto se esconde bajo un informe de la fundación Adenauer que concluye, según la versión que da el presidente de la Generalitat, que "los Estados pequeños y los descentralizados son los que han dado mejor respuesta; nosotros nos hemos encontrado un proceso de recentralización y no somos un Estado".

Quien no se fue por las ramas fue el presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, Joan Canadell. "España es paro y muerte; Cataluña, vida y futuro", aseveró. "De Madrid al cielo", tuiteó Clara Ponsatí. La estrategia de esta parte del independentismo es clara. Eludir responsabilidades del Govern, cargar las culpas al Gobierno y reforzar la idea de una España centralista y autoritaria, de la que es cada vez más necesario separarse. Se trata de evitar que se hable de la gestión de la Generalitat con las residencias. El Govern tardó un mes en dar un golpe de timón en los centros geriátricos, cuando las cifras de muertos se contaban por miles. La Generalitat saca además pecho afirmando que en los 15 días que tardó Sánchez en decretar el confinamiento total se habrían podido salvar muchas vidas. Pero 15 días antes de que se decretara el estado de alarma, el independentismo viajaba en masa a Perpiñán. A principios de marzo, se celebraron actos multitudinarios en Cataluña, como partidos del Barça o la manifestación del 8 de marzo, sin que nadie desde la administración catalana lo cuestionara. Por no hablar también de los recortes en salud de la antigua Convergència o de las privatizaciones de la sanidad. Las cifras de Cataluña, con casi 10.000 muertos, son además, tras Madrid, de las peores de España. Nada de esto se tiene en cuenta cuando se afirma que una Cataluña independiente habría registrado menos muertos.

Durante el ‘procés’, el nacionalismo defendió la ruptura por razones identitarias, económicas y, según decía también, democráticas. Ahora, directamente es una cuestión vital. La estrategia ya se puso en marcha entonces: aprovechar el momento de debilidad de España (antes por la crisis económica y ahora por la pandemia) para reforzar la propuesta secesionista y aumentar la base.

Y además sirve a JxCat para atacar a Esquerra. Pues, a la postre, los republicanos son, a ojos de una parte de la parroquia independentista, quienes permitieron la investidura de Pedro Sánchez y quienes le siguen dando apoyo. La idea que se traslada es sencilla: si España no está funcionando en la crisis, ERC también es culpable. Esquerra vio enseguida que la estrategia del centro derecha nacionalista iba contra ellos. «¿Si una Cataluña independiente habría combatido mejor el coronavirus? Lo último que reclama esta crisis son planteamientos nacionalistas. Los independentistas tenemos que huir de discursos que tienen connotaciones nacionalistas», replicó Roger Torrent, presidente de la Cámara catalana. Gabriel Rufián cree que declaraciones como las de Canadell son «nefastas».

Pugna en el Govern

Torrent sigue siendo blanco de las iras de JxCat, que no le perdona que no permitiera la investidura telemática de Carles Puigdemont. Aunque en la órbita de JxCat también hay quien se ha echado las manos a la cabeza tras escuchar a Canadell o Budó, la pugna entre las dos familias del independentismo está siendo feroz. 

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