Sánchez evita decisiones drásticas y apela a la "disciplina social" para superar la pandemia del coronavirus

El Gobierno inyecta 3.800 millones a la sanidad y se hace con el control del material sanitario más sensible.

Sánchez pide disciplina social y evita especular sobre medidas más drásticas

"Sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor". Pedro Sánchez, ante una sala de prensa de la Moncloa vacía por el riesgo de contagio, quiso que sus palabras sonaran al discurso de Winston Churchill ante la Cámara de los Comunes pidiendo un esfuerzo nacional a los británicos para enfrentarse a Hitler. El presidente, en tono solemne en una jornada en la que los casos de coronavirus en el país superaron los 3.000, llamó a la "unidad, responsabilidad y a la disciplina social" de los españoles para intentar superar la pandemia "con el menor coste de vidas". Pero no hubo ni un anuncio de medidas drásticas.

El día en el que el Covid-19 se cobró 34 víctimas mortales más, elevando el balance de fallecidos a 84, el jefe del Ejecutivo apeló en persona a "cada ciudadano" para "extremar el cuidado de su propia salud para cuidar de los demás".

El presidente se dirigió a España después de constatar que las primeras medidas de contención del virus, por el momento, no han tenido efecto alguno y que la escalada de la epidemia sigue imparable. Solo este jueves se registraron 852 nuevos positivos, un ritmo de contagio de 35 casos a la hora, el doble que al principio de semana. "Hay que contener una expansión demasiado veloz de la enfermedad. Nos enfrentamos a una emergencia sanitaria y es importante la responsabilidad y la disciplina social", insistió Sánchez, apuntando a la cuarentena autoimpuesta en el "espacio personal y familiar" como la medida más eficaz, cuando solo cuatro días antes el Gobierno se había negado a prohibir las manifestaciones multitudinarias del 8-M del pasado domingo.

El mismo Ejecutivo que la pasada semana rechazaba de plano la suspensión de eventos porque no había "transmisión comunitaria" porque no se esperaba la participación de extranjeros y porque la gran mayoría de casos eran "importados", sugirió este jueves a todas las autonomías (y no solo a las comunidades declaradas zonas de alta transmisión) la prohibición de grandes concentraciones y el inmediato cierre de todos los colegios, una medida que ya habían tomado horas antes o que tomaron poco después comunidades como Cataluña, el País Vasco, Murcia, Asturias, Canarias, Navarra, Aragón, Galicia, Extremadura o Castilla-La Mancha.

"Con los menores estragos"

"Lo superaremos. España recuperará su vitalidad, pero hay que hacerlo con los menores estragos", dijo el presidente antes de admitir que el Gobierno ya no descarta algunas de las medidas extremas de las que habla todo el mundo como la declaración del estado de alarma por "crisis sanitaria" que permitiría al Gobierno "limitar la circulación o permanencia de personas o vehículos" o cerrar la Comunidad de Madrid, convertida en el principal reto sanitario del país. Solo ayer, la región notificó 364 nuevos casos, elevando la cifra de contagiados confirmados a 1.388 personas, prácticamente la mitad de los infectados del país.

"Estamos hablando de una situación que es dinámica y tomaremos las decisiones que haya que tomar, en el momento en que hagan falta", se limitó a señalar el jefe del Ejecutivo cuando le preguntaron por la posibilidad de poner en cuarentena a los más de seis millones de madrileños, como le reclaman cada vez más voces.

Hubo más de peticiones a la ciudadanía que de anuncios de decisiones del Gobierno. Sin grandes medidas como imponer cuarentenas de núcleos poblacionales o impedir por decreto ciertos desplazamientos como ha ocurrido en Italia, Sánchez tiró de billetera para reforzar las arcas de la sanidad de las comunidades autónomas ante la pandemia del coronavirus. Anunció que el Estado transferirá a las administraciones autonómicas 2.800 millones de euros para "reforzar" los "tensionados servicios sanitarios" de las comunidades. Esta "importantísima inyección", explicó, saldrá de la partida de los anticipos a cuenta de la financiación.

El Ejecutivo central, además, liberará otros mil millones de euros del fondo de contingencia de los Presupuestos del Estado para "acciones prioritarias" relacionadas con la epidemia.

El Ejecutivo también, a partir de ahora, podrá regular los precios de medicamentos y material sanitario "esencial" relacionado con la lucha contra el Covid-19, incluso "fijando precios máximos si fuera necesario" para impedir la especulación.

Sánchez pasó de puntillas sobre el que podría ser el gran punto negro de la gestión del Gobierno hasta ahora de la crisis, la no prohibición de la manifestaciones del pasado domingo. El presidente dio a entender que el Ejecutivo se limitó a seguir las instrucciones de los expertos. "Todas las medidas que tome el Gobierno -explicó- se basan y se basarán en la evidencia científica y las recomendaciones sanitarias".

El jefe del Ejecutivo dio casi exactamente la misma respuesta cuando le preguntaron si creía, visto el ejemplo italiano, que España no estaba actuando con suficiente velocidad a la hora de poner en marcha las medidas más drásticas. Según Sánchez, el Gobierno solo hace lo que dictan los expertos.

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