Por
  • Carmen Magallón

Mil asesinadas

Concentración contra la violencia de género en Zaragoza.
Concentración contra la violencia de género en Zaragoza.
Guillermo Mestre | Gui

En estos días la cifra de mujeres que han sido asesinadas por sus parejas o exparejas, en los últimos 16 años, se ha redondeado hasta alcanzar las mil. Esta lacra, una violencia conceptualizada como violencia de género, golpea a otros países incluso en mayor medida que a España, pero eso no disminuye el problema. En todo caso, es motivo para mostrar lo hecho aquí y unir fuerzas. En nuestro país se han dado pasos importantes para atajar este feminicidio constante: tenemos una Ley, un Pacto de Estado, cauces de denuncia, medidas de protección y estadísticas. El movimiento feminista impulsó la visibilización social del problema, antes oculto y normalizado, y ahora es responsabilidad de todos no permitir que haya retrocesos: mil asesinatos son muchos para negar que hay una causa social estructural que los provoca. Y que exige abordarla con rigor. No es irrelevante cómo se nombre: no es violencia intrafamiliar ni doméstica, es violencia de género. Pero aún hay más. Las muertes de mujeres debidas a violencia sexual, es decir, a cargo de hombres sin relación previa con su víctima, no están contabilizadas en esta cifra.

Son urgentes otras medidas. Urge revisar la socialización de los hombres, los modelos que se ofrecen a los adolescentes, las claves identitarias que se les transmiten. Faltan políticas educativas encaminadas a potenciar masculinidades cuya fortaleza no se apoye en el dominio sino en sentir que ellos son también capaces de cuidar y de respetar la libertad de las mujeres.

Carmen Magallón es presidenta de la Fundación Seminario de Investigación para la Paz

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