Generales retirados, curtidos periodistas, empresarios de éxito... pueblan las listas electorales para el intenso ciclo electoral que comienza el 28 de abril. Son unos comicios extraordinariamente inciertos, con cinco partidos en liza, con los que podría darse el caso de que ninguno de ellos superara el 30% de los votos.

En tiempos de desafección, es alentador que muchos ciudadanos decidan dar el paso a la política, y que estén dispuestos a compartir actividad y vocación (en su caso, sobrevenida) con compañeros que llevan muchos años en lo suyo y que, en ocasiones, reciben a los novatos con comprensibles recelos.

Todo está inventado en política: hay estrellas fugaces y fichajes que pasarán una temporada en el banquillo y saldrán corriendo en busca de un acomodo en otro lugar. Y hay ‘intrusos’ que encontrarán su lugar en el mundo y parecerán nacidos para la política. La elaboración de las listas deja sorpresas, heridas, aciertos, injusticias... Los líderes se rearman para una batalla que se repite cada determinado tiempo, pero que sigue apasionando. Aunque esté bien visto declarar el hastío por la política, pasa como con la Navidad: la emoción, en este caso en forma de cita electoral, es fundamental para nuestras vidas y para la convivencia democrática.