Nieto admite la derrota del relato el 1-O: "Se dio la vuelta a la realidad"

El exnúmero dos de Interior José Antonio Nieto ha admitido la derrota en el relato sobre lo ocurrido en materia de seguridad en el 'procés' y ha explicado que los independendistas consiguieron que se diera la vuelta a la realidad.

"Se llegó a que la noticia fuese que el perro muerde al hombre y no que el hombre muerde al perro", ha lamentado el exsecretario de Estado de Seguridad en su declaración como testigo en el juicio del 'procés', donde ha defendido la actuación "ejemplar" de la Policía y Guardia Civil.

"El uso de la fuerza fue el mínimo imprescindible", ha recalcado Nieto, quien ha apuntado que los impulsores del 'procés' diseñaron una estrategia que "funcionó" en lo mediático, en "el relato que puso en marcha ese movimiento independentista".

A su juicio, se llegó a un punto en el que se distorsionó "lo normal", que es que "la policía actúe cuando es necesario para evitar un delito y que el resto de los ciudadanos acaten y respeten esa actuación policial".

"En este caso a quien se veía haciendo algo malo era a la policía cuando defendía la legalidad y no al resto cuando trataba de vulnerarla", ha añadido Nieto, que se ha presentado ante el tribunal como el máximo responsable en la toma de decisiones de las fuerzas y cuerpo de seguridad del Estado el 1-O.

Nieto ha defendido la actuación policial del 1-O que ha calificado de "ejemplar" porque "el uso de la fuerza fue el mínimo imprescindible" pese a que "el entorno era muy complejo".

Tanto es así que el exnúmero dos de Interior ha explicado que aquel día "se priorizó el mantenimiento de la seguridad de los agentes y de las personas" frente a la eficacia de las actuaciones. Y ha aseverado: "Si hubiéramos priorizado la eficacia de las actuaciones por encima de cualquier otro objetivo, los profesionales podían haber cumplido su objetivo y haber llegado al 100% de eficacia, seguramente a costa de un mayor empleo de la fuerza".

Nieto ha querido dejar claro que los objetivos de mantener la convivencia ciudadana e impedir el referéndum "en ningún momento eran incompatibles" pues se cumplió con ambos "con una adecuada proporción de la fuerza".