Paz navideña

Pensemos en la manera de conseguir que la paz no se quede en un mero deseo navideño.

Necesitamos paz para hoy.
Necesitamos paz para hoy.

Los mensajes de paz van a multiplicarse en estos días navideños. ¿Cómo dotarlos de un contenido que vaya más allá de la retórica? La paz, la cultura de paz es algo muy serio. Y no habría que tomarla en vano. Más bien, habría que aprovechar la oportunidad para dejar de lado partidismos que, bien mirados, desde una mirada histórica, no dejan de ser mezquinos y trabajar para hacer realidad ese deseo de paz que nos intercambiamos.

Miremos hacia atrás. Conflictos de intereses, de ideologías, de creencias… ha habido siempre. La cultura de paz es realista: no niega que vivimos entre conflictos. Los nuestros crecen y a menudo se nos presentan como irresolubles. No es así. Otras sociedades han vivido conflictos de igual o más calibre y los han gestionado con éxito. En un proceso de paz, es clave salir de las acusaciones mutuas y pensar en el futuro de las nuevas generaciones. Es clave pensar juntos. No unos contra otros. Pensar juntos cómo sacar de la sociedad y de la política la miopía del ‘gano-pierdes’. No hay soluciones mágicas y la lucha por el poder es un gran obstáculo. Pero los deseos de paz pueden ser convertidos en realidades si sumamos voces apartidistas que abran horizontes hacia un futuro de ‘gano-ganas’. Pensemos juntos hacia el futuro, partiendo del presente, empezando por preguntarnos por qué se eligen líderes con tan poca altura de miras.

Llega la Navidad y necesitamos paz para hoy. Una paz real. En este caso, paz para hoy no es hambre para mañana. Todo lo contrario.

Fundación Seminario de Investigación para la Paz