El expresidente del Gobierno Felipe González llamó a la calma este lunes tras la irrupción de Vox en el Parlamento andaluz en las elecciones del domingo, porque el auge de la ultraderecha se da en toda Europa y en Estados Unidos: "No hay que preocuparse tanto".

"Le hemos regalado unas cuantas anomalías a Europa y esa no la teníamos. Bueno, ya estamos homologados en una anomalía más. Tampoco hay que preocuparse tanto", dijo en la conmemoración en Barcelona de los 40 años de la Constitución, con el debate 'La Constitución Española de 1978 vigencia y futuro' con uno de sus ponentes, Miquel Roca, y presidido por la delegada del Gobierno en Cataluña, Teresa Cunillera.

González explicó que una persona sabe que envejece cuando mira dónde pone el pie al bajar una escalera, por inseguridad, para no caerse, y ha hecho el símil con las sociedades para explicar el auge en Europa de la extrema derecha.

Para él, "cuando las sociedades envejecen, pierden el horizonte visual, miran al suelo y son pasto de los que alimentan temores", y ha sido autocrítico como político con los discursos que han permitido el crecimiento de estos movimientos.

"¿Cuándo hemos perdido la centralidad?"

"¿Cuántas veces hemos pensado en cuáles han sido nuestros errores para abrir tanto el espacio al populismo y la demagogia? ¿Cuándo hemos perdido la centralidad en política?", se preguntó. Asegura que las alarmas que hacen saltar desde la extrema derecha son exageradas.

Felipe González explicó que muchos de sus argumentos pueden estar sustentados en algún fundamento, "pero cuando hablan de que vendrán millones y millones de inmigrantes... ¡serán algunos menos! Cuando dicen 'Nos invaden', 'Nos van a transculturizar'...".

"Reformista" de la Constitución

El expresidente asegura ser un reformista de la Constitución y que, ante los que defienden que no se llega a acuerdos si no se dan las condiciones de diálogo para la reforma, él replica que "si no se crean esas condiciones, seguro que no habrá acuerdo".

Durante todo el debate, defendió hablar para superar la situación actual de conflicto territorial: "Diálogo intracatalán, entre los catalanes de todas las tribus y con España. Que el diálogo prevalezca sobre la crispación".

Se refirió a la aprobación de las 'leyes de desconexión' en el Parlament el 6 y 7 de septiembre de 2017 como un momento que le causó dolor: "Si eso hubiera pasado en los años 30, habría costado más de mil muertos. La Constitución tiene que ser resiliente".

Advirtió a los que defienden romper la Carta Magna de forma unilateral y sin conseguir las mayorías para cambiarla de que se exponen a que "se rompa el perímetro de la Constitución por el otro lado", y aseguró que, precisamente, esa norma es la garantía de que eso no suceda, de que una minoría no se imponga a una mayoría.

Autodeterminación

González también se preguntó: ¿Habrá alguna posibilidad de reforma constitucional que comprenda e implique el derecho autodeterminación? Yo creo que muy pocas". Y retó a presentar su propuesta a quien crea que puede conseguir un redactado incluyendo ese concepto y conseguir las mayorías necesarias para sacarlo adelante.

Sobre la tendencia que marcan algunas encuestas en torno a la falta de respaldo del que goza la Constitución 40 años después de aprobarse, González se preguntó si los que afirman que ahora no la votarían "la han leído" antes.

En cuanto a que el movimiento independentista no encuentre encaje dentro de la Carta Magna para sus objetivos, recordó que la Constitución es "habilitante", es decir, se pueden aportar y cambiar cosas respetando las normas de juego que se han adoptado para hacerlo.

Miquel Roca

Miquel Roca, preguntado por cómo puede encontrar encaje dentro de la Carta Magna alguien que pide el referéndum, advirtió de que los gobiernos "tienen la obligación y la posibilidad de negociar cosas concretas, porque nunca se llega al acuerdo final hasta el final".

"No podemos ser generadores de frustraciones. Ante un problema, en democracia existe la necesidad de acercarse. El diálogo es imprescindible", subrayó el padre de la Constitución.

Teresa Cunillera

Cunillera defendió la Constitución como un "espacio de convivencia y progreso, que ha proporcionado el periodo de estabilidad y crecimiento más importante de la historia de España, para todas las comunidades y, especialmente, para Cataluña".

La calificó de elemento vivo y ha destacado su capacidad de adaptación y que es "una fuente de diálogo del que nunca hay que apartarse porque en el diálogo, la palabra y el pacto reside la fortaleza" de una sociedad.