El paisaje político se complica aún más

Es muy probable que la fragmentación política bloquee la formación de gobierno en Andalucía.

Las elecciones autonómicas en Andalucía se celebraron el pasado domingo.
Las elecciones autonómicas en Andalucía se celebraron el pasado domingo.
Rafael Alcaide / Efe

El paisaje político español es cada vez más variado, pero eso no lo hace más habitable, antes al contrario. Ahora acaba de aparecer, por Andalucía, una nueva criatura, Vox, con la etiqueta más o menos merecida de extrema derecha. Una reacción, quizá inevitable, ante la consolidación de una izquierda también extrema y que coquetea con el separatismo. Habrá que ver cuáles son los efectos a medio plazo de esa irrupción de Vox, que seguramente echará raíces en primavera en otras instituciones. Pero, de momento, para lo que va sirviendo es para que otros partidos intenten tapar sus vergüenzas: las del palmario fracaso que han cosechado en las elecciones andaluzas. Resulta patético que Susana Díaz, en lugar de dimitir por haber perdido casi un tercio de sus escaños, pretenda seguir en el poder. Lo mismo que Juan Manuel Moreno y Pablo Casado fingiendo entusiasmo ante la posibilidad de hacerse con la Junta autonómica, a pesar de haberse dejado siete escaños de una tacada. La de ganar perdiendo es, al parecer, una de las maravillas de la creciente fragmentación del espacio político, pero hace falta bastante desfachatez. Y también Podemos tiene que encajar un fracaso que cuestiona aún más la línea marcada por Iglesias. Y no es probable que vaya a conseguirlo movilizando a la calle contra la terrible amenaza que al parecer representarían los doce escaños de Vox. Los resultados andaluces, de rebote, desmantelan la estrategia gesticulante de Pedro Sánchez. A ver quién es el guapo que convoca ahora las generales. Pero tampoco anuncian nada bueno para el PP, que en adelante tendrá rivales por los dos flancos. Y aunque algunos intenten ya vender la piel del oso, los acuerdos para gobernar se harán esperar; y mucho. Lo que ha llegado a Andalucía no es la hora del cambio, sino la del bloqueo.