Terremoto electoral en Andalucía

La derecha suma para gobernar en la Comunidad gracias al batacazo de PSOE y la irrupción de Vox.

Moreno Bonilla anuncia que se presentará como candidato a la presidencia de Andalucía
Moreno Bonilla anuncia que se presentará como candidato a la presidencia de Andalucía

El desplome del PSOE, después de 36 años en el poder, abre la puerta a un gobierno de la derecha en Andalucía. Los resultados de las elecciones obligan al pacto, pues ningún partido puede gobernar en solitario. Susana Díaz adelantó los comicios porque confiaba en que las ganaría con facilidad. Sin embargo, las urnas han generado un vuelco inesperado: la irrupción de Vox y la subida de Ciudadanos han terminado con la hegemonía del socialismo en esta Comunidad. Un auténtico terremoto político cuyas réplicas se van a notar en el resto del país.

Los socialistas siguen siendo el partido más votado en Andalucía, pero la pérdida de 14 escaños respecto de 2015 deja en el aire la posibilidad de que Susana Díaz pueda repetir al frente del gobierno de la Comunidad. Sus 33 escaños, unidos a los 17 de Adelante Andalucía, son insuficientes para superar la suma del bloque de derechas formado por PP (26), Ciudadanos (21) y Vox (12), si deciden coaligarse para llegar al poder. Así, pues, el candidato del PP en Andalucía, Juanma Moreno, tiene posibilidades de ser el próximo presidente de la Junta si logra el respaldo de Ciudadanos y de Vox. Asunto diferente, y muy relevante, es que la formación de Albert Rivera está dispuesta a pactar con un partido hermanado en Europa con los de la francesa Le Pen y el húngaro Orban. Por su parte, los socialistas no tienen fácil seguir en el poder en una de las pocas regiones de Europa donde no ha habido alternancia política en los últimos 36 años. Ni siquiera sumando con Ciudadanos, la formación de Susana Díaz podría lograr la mayoría suficiente (55). Y de ahí el llamamiento que anoche hizo, un poco a la desesperada, a frenar el avance de la extrema derecha.

Pablo Casado gana su primera batalla por el centro-derecha. El nuevo líder del PP optó por una implicación personal tan fuerte que a él hay que atribuirle el éxito de haber evitado el ‘sorpasso’ de Ciudadanos, aunque también el fracaso de perder siete escaños. De cualquier forma, la aritmética parlamentaria le da a su partido la oportunidad histórica de ocupar la presidencia de la Junta. La otra cara de la moneda la representa Vox, que ha visto superadas sus expectativas hasta lograr una irrupción en el Parlamento andaluz que le augura un buen porvenir electoral ante las próximas citas con las urnas: las europeas, las municipales, las autonómicas e incluso la generales, cuando Pedro Sánchez las convoque. El presidente debe hacer una lectura muy crítica de lo sucedido a su partido en Andalucía. Tendrá la tentación de culpar de todo a su antigua contrincante por la secretaría general del PSOE. Pero el voto andaluz esconde también un voto de castigo al Gobierno central por su condescendencia con el independentismo catalán.