Subdirector de HERALDO DE ARAGÓN

Casado, el fin del marianismo y los peligros

Casado pide a los compromisarios que voten en libertad y con el corazón
Casado pide a los compromisarios que voten en libertad y con el corazón
Efe

Ha tumbado el marianismo. Apoyado en una hábil estrategia de acomodarse como espectador de las luchas intestinas y con la perfecta administración de la máxima de Gracián de saber encontrar los puntos débiles del adversario, Pablo Casado se ha erigido en nuevo presidente de un partido que se ha aplicado por primera vez en la elección democrática de su líder y se ha llevado por delante la línea defendida por Mariano Rajoy, representada en Soraya Sáenz de Santamaría.

La victoria de Casado admite una primera lectura interna sobre la supuesta derechización de la formación y las heridas abiertas por el combate político abierto entre los candidatos. En el PP se acabaron las tutelas de las que renegaba Fraga y el dedo selectivo de Aznar. Queda por ver si en posteriores congresos la elección la dirimen directamente los afiliados -nada más democrático que la votación de las bases-, quienes por cierto le dieron el triunfo a Soraya.

El primer discurso de Casado tras su proclamación abre las esperanzas a los millones de ciudadanos que no tienen dudas de la necesidad de seguir luchando de manera democrática contra los nacionalismos excluyentes con la Constitución en la mano y con la acción de los tribunales para frentar el proceso golpista. También en favor de la unidad de Navarra contra la amenaza anexionista. Una línea que le acercará ineduliblemente a Albert Rivera. A partir de ahí, se inicia una carrera entre ambos para ocupar el espacio del centro derecha en un momento en el que el Partido Popular se percibe a la baja por los escándalos de corrupción. Y ese es el principal problema con el que va a encontrarse el nuevo líder popular: uno, provocado por los innumerables casos en sus filas que aún están dirimiéndose en los tribunales; y, en segundo lugar, por la propia polémica sobre su máster que todavía no se ha archivado.

La habilidad de Casado en un escenario especialmente complejo y duro para su formación será determinante de cara a sus opciones electorales a corto plazo. En el ámbito interno, necesitará acaso más tiempo todavía para coser un partido que se ha manifestado dividido en el congreso.