Tras el 'Aquarius'

La UE debe sostenerse en una política migratoria común.

Los migrantes del Aquarius lleganso al puerto de Valencia
Los migrantes del Aquarius llegan al puerto de Valencia
EFE/AFP

La llegada al puerto de Valencia del barco 'Aquarius' con 629 inmigrantes a bordo reabre el obligado debate sobre la política migratoria europea. El acto de solidaridad de España, secundado por el Gobierno de Francia, exige una estrategia común que impida que ciertos países, como el caso de Italia, miren a capricho hacia otro lado o ignoren que la protección de las fronteras de la Unión es una cuestión compartida. Los flujos de personas procedentes de los países más desfavorecidos no se van a detener ignorando una realidad creciente

La primera obligación de la Unión Europea pasa por evitar que el Mediterráneo se convierta en un tumba donde miles de personas han perdido la vida mientras buscaban un futuro mejor. La segunda exigencia requiere luchar denodadamente contra las mafias que trafican con personas y que sin ningún tipo de escrúpulo se despreocupan del destino de estos desfavorecidos. Y, en tercer lugar, y no por ello menos importante, conviene que todos los países de la Unión entiendan y compartan que la defensa y protección de las fronteras, así como la aplicación de las diferentes políticas migratorias, deben estar avaladas por un criterio único. Pensar que el flujo de personas procedentes de los países más pobres del mundo se va a detener porque Europa cierre sus pasos o se refuercen policialmente las fronteras no deja de ser un absurdo que en nada contribuye a solucionar esta complicada cuestión. Europa debería entablar una mayor colaboración con los países de procedencia y revisar su políticas de acogida guiándose bajo una doble clave de solidaridad y legalidad.