Subdirector de HERALDO DE ARAGÓN

Más ruido

Carles Puigdemont.
Puigdemont al salir de prisión.

La puesta en libertad bajo fianza de Puigdemont no debería ocultar la gravedad de la situación que se enjuicia ni tampoco provocar ahora un estado de nerviosismo que cuestione el auto del juez Llarena, que detalló al milímetro una estrategia orquestada desde diciembre de 2012 para provocar la declaración unilateral de independencia. Cabe, al contrario, preguntarse por la actuación de la Justicia alemana en caso de que un ‘Land’ se levantara una mañana y declarara su separación unilateral del país, lo mismo que habría que interrogar al ‘Times’ londinense si sería tan proclive a las tesis independentistas si cualquier día Gales le diera un sonoro portazo a su unidad. Más bien hay que seguir confiando en el sentido común, mirar de frente la Constitución y no desviarse ni un milímetro de su dictado. El soberanismo ha conseguido un nuevo espacio y tiempo para generar más ruido y confusión dentro de Europa, mientras el Gobierno central vuelve a demostrar la falta de una estrategia decidida y audaz en el campo internacional, donde algunos sectores ya manifiestan una simpatía creciente por las tesis de Puigdemont. Y ese es el verdadero peligro.