El director del máster de Cifuentes dice que "reconstruyó" el acta por orden del rector

Álvarez Cobos afirma que él designó al tribunal evaluador pero la única constancia que tiene de que se celebrase es la palabra de las profesoras.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes
EFE/ Víctor Lerena

El catedrático Enrique Álvarez Conde, director del máster realizado en la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, ha reconocido este viernes su "culpa" por haber aceptado del rector el encargo de "reconstruir una hipotética acta" del tribunal de evaluación.

En una entrevista con Onda Cero, Álvarez Conde admite que sí hubo un trabajo de fin de máster de Cifuentes y que él mismo corrigió una versión no final que constaba de unos 50 o 60 folios.

El catedrático explica que el 21 de marzo, día en que eldiario.es publicó la primera información sobre supuestas irregularidades en el máster cursado por Cifuentes, el rector de la URJC, Javier Ramos, le preguntó si había un acta con las notas de Cifuentes.

Al no existir tal documento, dice el catedrático que el rector le "compelió" a preparar "una reconstrucción del acta" con las notas de Cifuentes y a prepararse para la rueda de prensa que ofrecerían posteriormente.

Según Álvarez Conde, antes de la rueda de prensa hubo una reunión en el despacho de la Rectoría, en la que había "muchas personas", en la que el rector le instó a reconstruir el documento, encargo que el catedrático le hizo a la profesora Cecilia Rosado Villaverde, quien pidió la autorización de las otras dos profesoras, Alicia Esperanza López y Clara Souto Galván.

El director del máster ha dicho a Onda Cero, además, que todo el material relacionado con Cifuentes, así como el de otros alumnos, fue destruido, tal como contempla la normativa interna de la URJC.

El director del máster ha añadido que él no remitió ese documento reconstruido a Cristina Cifuentes y dice que habrá que "preguntarle a ella o al rector, cómo la conoció" pues a su juicio, "resulta raro que una alumna conozca un acta de su examen sin solicitarlo ella en tiempo y forma".

Asegura que jamás había acometido antes la "reconstrucción" de un acta porque "nunca" en su carrera había "tenido el requerimiento de la autoridad competente para hacerlo".

Según su relato, estando aún "en el despacho del rector", se puso en contacto "con las tres personas que habían formado parte del tribunal, en primer lugar con la profesora Alicia Pérez de los Mozos", que es la que consta en el acta como presidenta del órgano que en teoría evaluó el TFM y que este jueves declaraba que la firma en el documento no era suya.

"Entendí, no sé si con acierto o como error mío que había una decisión del rector de proceder a eso y la reconstrucción fue hecha por otra de mis discípulas, que figuraba como secretaria (Cecilia Rosado), que me parecía lo lógico. Ella pidió la autorización de las otras dos", ha asegurado, para reiterar: "Ella procedió a la reconstrucción porque entendí que había una decisión del rector".

Según su explicación, Rosado recabó el permiso de las otras dos integrantes del tribunal, Alicia Pérez de los Mozos y Clara Souto para fabricar el acta y cuenta con "pruebas testificales de la autorización de las otras dos personas documentalmente demostrable".

En todo caso, incide en que se trata de una reconstrucción y "no es la falsificación de ningún documento" porque el acta debe existir y estar "en los servicios administrativos de la Universidad" dado que, conforme ha dicho, antes las comunicaciones se realizaban siempre "por correo interno", no de forma electrónica.

"El acta existía y debe estar en los servicios administrativos de la Universidad porque todos en aquella época se enviaban por correo interno. No había servicio informático en aquel momento. El documento original no lo tengo, pregunte a los servicios administrativos de la universidad si tienen ese documento, si tienen el de los demás alumnos que cursaron el máster", ha planteado.

Preguntado por la rueda de prensa que ofreció la universidad en un primer momento para defender la legalidad de todo el proceso, Álvarez Cobos ha asegurado que desde su punto de vista, no había ilegalidad. "Yo no matriculo a la alumna y yo no tengo constancia de la nota de no presentado y yo no lo autoricé por escrito porque nadie de los servicios administrativos me comunicó que existiera esa situación. No tengo nada que ver con el cambio de la nota", ha zanjado.

"Yo no estaba en el tribunal"

Álvarez Cobos ha explicado que todas ellas integraron aquel tribunal que examinó a Cifuentes y lo hicieron porque él mismo lo propuso como director del máster, aunque reconoce que no cuenta con ningún documento que acredite que aquella sesión de examen se celebrase porque "todo se destruyó, todo lo de la alumna afectada y lo de todos los alumnos tuvieran o no relevancia política".

"Yo no estaba en el tribunal, porque como director de máster no tengo que estar. Yo estaba en un curso de verano en Aranjuez. Me tengo que fiar de mis discípulas y que lo hicieron. Sostengo que el tribunal existió y yo no sé si Cifuentes se presentó. Si ella lo dice tendrá constancia de eso porque yo no estaba físicamente. Si alguien toma esas decisiones, entiendo que es porque tiene las pruebas", ha señalado.

Además, ha incidido que la celebración del tribunal aquel 2 de julio de 2012 "estaba fijado anteriormente" y "con mucha antelación" porque "el director de cualquier tribunal se pone de acuerdo con cualquier alumno para ver el día que mejor le viene". "Yo no tengo ningún documento de que existiera (el tribunal) salvo la prueba testifical de las otras personas".

Corrigió el trabajo "en varias ocasiones"

En cuanto a la existencia del TFM, Álvarez Cobos ha reiterado que se habrá destruido en virtud de esa "normativa interna" de la Universidad, pero ha afirmado que lo corrigió "en varias ocasiones" y que "tendría cincuenta o sesenta folios". "La versión definitiva del trabajo no la vi porque lo fui corrigiendo creo que en dos o tres ocasiones a lo largo de las semanas o meses anteriores", ha asegurado.

Estas correcciones no se hicieron de forma presencial: "Las correcciones las iba a haciendo sobre los textos que me iba enviando, no por correo electrónico sino por otro medio que no recuerdo ahora, y así se hizo, pero nunca con presencia física", ha señalado.

En esta línea, ha incidido en que con la alumna no ha "hablado nunca" y solo la ha visto "una vez" en su vida, en la sede de la Delegación del Gobierno en Madrid. "Fue un día de enero o febrero, ella ya estaba matriculada, ahí hablamos de su posible trabajo de investigación y concertamos el tema", ha apuntado.

Critica que al haberse suspendido la comparecencia en la que este viernes debía dar su versión, "no le dejan hablar" y asegura que no tiene inconveniente en que su verdad "se convierta en verdad judicial".

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