Centrales de carbón

El Gobierno quiere regular por ley el cierre de centrales eléctricas y es partidario de mantener abierta la de Andorra. Son medidas beneficiosas para el consumidor. La primera, porque evita la tentación de algún operador de cerrar centrales rentables. La segunda, porque el carbón sigue siendo imprescindible para asegurar el abastecimiento y para que no se disparen los precios de la electricidad.

Imagen de la central térmica de Andorra
Los sindicatos alertan ante un posible adelanto de los planes de cierre de la central de Andorra
María Quílez

El ministro Álvaro Nadal ha avanzado en los Desayunos HERALDO la presentación de una proposición de ley en el Congreso para regular los posibles cierres de centrales y para garantizar la competencia. Además, ha destacado la apuesta del Gobierno central de mantener el carbón y la nuclear, "mientras sean económicamente rentables", porque no hay ninguna renovable que produzca 24 horas al día 7 días por semana. De hecho, ha calculado que si desaparece el carbón la subida de la factura de la luz puede ser de un mínimo del 18%. El Ejecutivo tiene, por supuesto, la obligación de vigilar que las multinacionales energéticas no desmantelen instalaciones rentables con el objetivo encubierto de subir el precio de la energía. Tiene también el deber de asegurar un buen abastecimiento y al mejor precio. Si las centrales de Andorra (Teruel) y las demás de carbón siguen siendo necesarias, porque el gas es mucho más caro, todos los partidos tienen que apoyar una estrategia ordenada de cierres, que asegure una transición de modelo energético en la que se tengan en cuenta todos los factores, desde el económico al medioambiental, pasando por el social. Solo en la comarca de Andorra-Sierra de Arcos, hasta 4.000 empleos dependen directa o indirectamente de la central y de las minas.