A por uvas

Carles Puigdemont.
Puigdemont dice que da un paso a un lado "provisionalmente" en favor de la candidatura de Jordi Sánc

Están a por uvas. Ellos siguen a lo suyo, que no se sabe muy bien qué es, salvo que leamos los editoriales de ‘The Times’ de Londres cuando afirma que "Madrid debe aprender a hablar más de pluralismo que de sedición". El estrambote que ha montado Puigdemont se mantiene desde dentro gracias a un Parlament que es un epítome del despropósito y, en el exterior, merced a algunos medios de prestigio que patinan de forma reiterada y sospechosa cada vez que intentan analizar la situación de Cataluña. En este contexto, cabe reflexionar sobre las goteras de la diplomacia española, pese a la posición conjunta y unánime de los países en favor de la unidad de España, y el peligro que acarrea el mantenimiento infinito de un problema ficticio alimentado por quienes han hecho del ‘procés’ un modo de vida. Debería reflexionar el Gobierno sobre la necesidad de explicar de forma más decidida ante la comunidad internacional las gruesas contradicciones de una sociedad secuestrada por unos gestores deficientes que intentan tapar sus responsabilidades con paladas de independentismo. La farsa es tan plúmbea como peligrosa.