El independentismo pide a los catalanes "defender" los colegios ante la orden de cierre

Grupos de ciudadanos acampan en escuelas y centros cívicos para impedir que permanezcan cerrados el domingo. Los mossos les notifican la prohibición en un clima de tensa calma.

Agentes de la policía catalana evitan que alumnos accedan a un colegio electoral
Agentes de la policía catalana evitan que alumnos accedan a un colegio electoral
Efe

Los partidos y las entidades soberanistas llamaron este viernes a los ciudadanos a ir a los colegios electorales para evitar su cierre y así el domingo poder celebrar el referéndum ilegal el 1 octubre que deje a Cataluña --en palabras del presidente Carles Puigdemont-- a las puertas de la "victoria definitiva".

Lo proclamó en el mitin final de campaña, celebrado en la avenida Maria Cristina de Barcelona ante miles de personas, donde Puigdemont aseguró que, pase lo que pase el domingo, Cataluña ya ha vencido al Estado: "Hoy ya hemos ganado".

Muchos de los ponentes pidieron a los ciudadanos que vayan a los colegios a evitar su cierre, evitando así la orden de Trapero al respecto, como el presidente de Òmnium, Jordi Cuixart: "Todos a los colegios. Que no quede ningún colegio sin proteger. Hoy a los colegios, el domingo a las urnas".

También el vicepresidente, Oriol Junqueras, apelaba: ¡Catalanes, persistid!". Y desde la ANC, Jordi Sànchez, pedía a la Guardia Civil y a la Policía Nacional que no actúen contra los colegios electorales, aunque se lo ordenen.

Sin embargo, los Mossos d'Esquadra se desplazaron este viernes a diferentes puntos de votación en la ciudad de Barcelona con el fin de notificar la prohibición de llevar a cabo actividades relacionadas con el referéndum.

Puntos de votación, ocupados

Los agentes tienen la orden de comprobar que en los colegios no se llevan a cabo actividades relacionadas con la preparación de la consulta. En las visitas que hicieron las patrullas de dos agentes se encontraron este viernes por la tarde con centros ocupados por alumnos, padres y profesores, y con vecinos concentrados enfrente, todo en un ambiente festivo y sin distintivos partidistas, más allá de las banderas esteladas.

Apenas hubo un incidente en el barrio de El Raval de Barcelona por el intento del director de cerrar la reja del centro, lo que ocasionó un forcejeo con el vecindario, pero la cosa no pasó a mayores.

Los Mossos tienen orden de actuar con buenas maneras, sin porras y sin violencia. Así lo hicieron. Llegaron a algunos de los más de 2.000 colegios, no a todos; preguntaron qué hacían allí los concentrados; y se fueron sin más. Ni la Policía catalana ni la Delegación del Gobierno en Cataluña dieron cuenta de incidentes reseñables.

Momento crítico el domingo

El momento de la verdad llegará a las seis de la mañana del domingo, entonces los Mossos tendrán que cerrar los colegios abiertos para impedir la votación. Hasta entonces, una calma tensa.

Dos horas antes de que comenzara la operación policial, el Gobierno catalán presentó, a medias, los detalles de la jornada de votación. El vicepresidente Oriol Junqueras y los consejeros Jordi Turull y Raül Romeva garantizaron que todo está a punto para el referéndum ilegal del domingo.

Están llamados a votar 5,3 millones de catalanes que podrán depositar su papeleta en las 6.249 urnas repartidas en 2.315 colegios electorales que serán gestionados por 7.235 personas. Unas cifras guardadas hasta ahora como oro en paño, y cuya presentación tuvo como colofón la presentación en sociedad de la urna, el paradigma del referéndum, y que resultó ser un pequeño contenedor de plástico con tapa negra comprado, al parecer, a una firma china.

Pero la parafernalia de la presentación no despejó el rosario de incógnitas que en vísperas de la votación aún prevalecen. ¿Quién certificará la legalidad del recuento? Un grupo de académicos y catedráticos "con credibilidad", dijo Turull, que se negó a dar nombres, pero que son "idóneos". ¿Quiénes formarán las mesas? El domingo se sabrá, añadió el consejero. Evasivas que se repitieron ante otras preguntas más o menos comprometidas. Quedó en el aire, por ejemplo, cómo se ha hecho el censo, cómo se votará donde la policía lo impida o qué porcentaje de votos habría que alcanzar para considerar válida la consulta a juicio de la Generalitat. Turull justificó la opacidad porque "ya sabemos cómo se las gastan", en alusión a las respuestas del Gobierno de Rajoy a cada paso preparatorio del referéndum.

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