Un emocionado Urkullu jura como lendakari ante Sáenz Santamaría y Puigdemont

Soraya Saénz de Santamaría, que se ha saludado con Puigdemont, Barkos y Clavijo y ha conversado un instante con el portavoz del Gobierno Vasco, Josu Erkoreka.

El lehendakari Iñigo Urkullu, saluda a Soraya Sáenz de Santamaría, Vicepresidenta del Gobierno
Un emocionado Urkullu jura como lendakari ante Sáenz Santamaría y Puigdemont
EFE/Miguel Toña

Un emocionado Iñigo Urkullu, que con dificultad aguantaba las lágrimas, ha jurado su cargo como lehendakari en la Casa de Juntas de Gernika, donde no le ha quitado protagonismo la presencia, sentados juntos, de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont.


Poco antes de mediodía, Urkullu ha llegado al recinto foral acompañado de su esposa, Lucía Arieta-Araunabeña, y ha sido recibido entre aplausos y aclamaciones por parte de centenares de personas que esperaban en la puerta, en una mañana de otoño soleada y fría.


El lendakari, que portaba ya en una de sus manos la 'makila' de gobierno (bastón de mando) dado que repite en el cargo, y daba la otra mano a su esposa, se ha vuelto hacia los congregados y les ha saludado con la mano al tiempo que daba las gracias.


Como hicieron anteriores lendakaris y él mismo en 2012, Urkullu ha jurado su cargo bajo el emblemático roble que simboliza las libertades y el autogobierno vasco, que supone el quinto ejemplar desde que en el siglo XIV se plantara el primer roble, bajo cuya sombra se reunían las Juntas Generales de Bizkaia.


Precisamente fue Urkullu quién plantó el 5 de marzo de 2015 el ejemplar que se encuentra a día de hoy en la trasera de la Casa de Juntas, después de que el anterior sufriera filtraciones en el terreno y se acordara su sustitución.


Desde las diez de la mañana han ido llegando representantes de las instituciones vascas, parlamentarios y partidos, y hacia las once los representantes de la Mesa del Parlamento, encabezada por la presidenta de la Cámara, Bakartxo Tejería, ha dado la bienvenida a los presidentes de otras comunidades autónomas, el de Canarias, Fernando Clavijo, la de Navarra, Uxue Barkos, y el de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont, que han sido recibidos entre aplausos por las personas que se han acercado hasta la entrada de la Casa de Juntas.


Desde el público también han dado un caluroso aplauso a la ejecutiva del PNV, encabezada por su presidente, Andoni Ortuzar, a quién una mujer le ha gritado "Andoni, elegante", y a los representantes de EH Bildu, liderados por Arnaldo Otegi. Al entrar ambos han estado hablando apoyados sobre una columna.


Después se ha producido la llegada de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Saénz de Santamaría, que se ha saludado con Puigdemont, Barkos y Clavijo y ha conversado un instante con el portavoz del Gobierno Vasco, Josu Erkoreka, antes de sentarse junto al presidente de la Generalitat.


Finalmente, escasos minutos antes del mediodía ha llegado Iñigo Urkullu con su esposa y, tras los saludos de cortesía, ha dado comienzo el acto solemne, entre trajes oscuros para los hombres y grandes collares y tacones para ellas.


El atuendo más comentado entre los asistentes ha sido el la esposa de Urkullu, un vestido moderno con adornos que colgaban en su base de tono oscuro, un largo collar con varias vueltas y un espectacular peinado.


Durante el acto en el interior de la Casa de Juntas estaban en primera fila los anteriores lendakaris Jose Antonio Ardanza, Carlos Garaikoetxea y Patxi López, en ausencia de Juan José Ibarretxe, que se encontraba de viaje.


También en primera fila estaban el delegado del Gobierno en el País Vasco, Carlos Urquijo, y el presidente del Tribunal Superior de Justicias del País Vasco, Juan Luis Ibarra.


Previamente habían accedido los cerca de 150 periodistas y 300 invitados, entre ellos los hijos de Urkullu y su madre, Flori Rentería, así como representantes políticos, institucionales y sociales del País Vasco.


Después se ha realizado el acto de la jura, propiamente dicho, bajo el árbol de Gernika, y durante toda la ceremonia Urkullu ha mostrado una expresión emocionada y ha llevado la mirada en numerosas ocasiones hacia la zona donde estaba sentada su familia.

Al término de la ceremonia, Urkullu, mucho más relajado y sonriente, ha posado para las fotografías y ha saludado a los presentes, que se le han acercado por transmitirle sus felicitaciones.

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