La policía judicial busca el arma del guardia civil que disparó presuntamente 15 veces contra una casa en el municipio coruñés de San Sadurniño cuando estaba ebrio, un agente que ya ha sido cesado. 

El Instituto Armado explica que el arma con la que se efectuaron supuestamente los disparos "está desaparecida" desde el momento de los hechos. "No obstante, desde su desaparición se ha montado un dispositivo de búsqueda para su localización", agrega la Guardia Civil sobre un caso que gestiona el juzgado de instrucción número tres de Ferrol.

En cuanto el guardia civil quedó en libertad se decretó su cese cautelar de funciones y se inició el expediente disciplinario por una presunta falta grave. El director general de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa, propuso su pase a la situación administrativa de suspenso en funciones y la revocación del destino que desempeñaba en el puesto de Ortigueira.

Está investigado por la supuesta comisión de los delitos de amenazas graves con arma de fuego, daños y conducción alcohólica, y pasó el lunes 15 a disposición judicial en el juzgado de instrucción número tres de Ferrol.

Allí, la Fiscalía no solicitó la prisión provisional, por lo que quedó en libertad, aunque de manera cautelar se le prohíbe la comunicación con las dos víctimas del suceso, un padre y su hijo, a los que tampoco podrá acercarse a menos de 400 metros. La juez pasó los hechos a la Guardia Civil, lo que motivó esta resolución del Instituto Armado, pues la Justicia solo podría exigirla en una condena.

El pasado domingo 14 de agosto el agente, que estaba fuera de servicio, se presentó ante un domicilio de San Sadurniño contra el que disparó en varias ocasiones contra la puerta y una ventana.

Se encontraba en estado de embriaguez y su reacción estaba motivada por un incidente anterior con el un joven en las fiestas de Castro, en Narón, que creyó que era hijo de los moradores de la vivienda, aunque se equivocaba.