​La abstención es la clave

Mientras las negociaciones del PSOE para la investidura de Pedro Sánchez siguen adelante con Ciudadanos y a la espera de que la relación con Podemos salga del atasco, la abstención -de unos o de otros- es la clave para que Sánchez llegue a la Moncloa.

Todos son conscientes de que no podrán luchar contra la aritmética parlamentaria y de que si el PSOE llega a un acuerdo con Ciudadanos la suma de sus diputados (90 socialistas y 40 de Albert Rivera) no será suficiente para sacar adelante la investidura.

No hay muchas posibilidades. Algunos socialistas piensan que Podemos intentará estirar la cuerda hasta el final y que es posible que se plante el día 2 de marzo en el debate de investidura sin haber despejado el sentido de su voto.

Es en esa hipótesis en la que el PSOE se apoya para confiar en que los de Pablo Iglesias preferirán no salir en la foto junto al PP votando 'no' a un gobierno socialista.

Las opciones, según el PSOE, pasan por que Podemos se situé en el bloque donde están PP, ERC, Democrácia i Llibertat y Bildu, que suman 142 escaños, o que se una a quienes quieren hacer posible el cambio "de una u otra forma, unos con el sí y otros con la abstención", en palabras del portavoz socialista en el Senado, Óscar López.

Una esperanza que choca con lo que mantiene Podemos, que repite que no apoyará ni por activa ni por pasiva un Gobierno de PSOE y Ciudadanos porque eso supondría al final un acuerdo con el PP.

En Podemos siguen esperando que el PSOE "entre en razón" y se dé cuenta de que la única posibilidad de cambio real es un gobierno estable y de coalición como el que ellos proponen.

Para la formación morada un pacto del PSOE con Ciudadanos será una "falta de acuerdo con Podemos" y confían todavía en que Pedro Sánchez acceda a reunirse con Pablo Iglesias para cerrar un acuerdo de gobierno y que empiecen a correr los tiempos de la verdadera negociación.

No entra en los planes de Podemos que el PSOE prefiera gobernar en minoría, pero los socialistas no lo descartan, aunque para ello necesitan la abstención de un lado o de otro.

En el caso de Ciudadanos, hasta el momento el partido naranja insiste en que no facilitará, ni con su abstención, un gobierno con Podemos.

Algunas voces en el PP reconocen su preocupación por la posibilidad de que el PSOE y Podemos acaben alcanzando un acuerdo, y es en ese caso en el que admiten que el partido debería contemplar la abstención ante un pacto entre socialistas y Ciudadanos, para evitar así que la formación de Pablo Iglesias llegue a entrar en el Gobierno de España.

Hay quienes lo plantean como un acto de responsabilidad o como un mal menor y sugieren que así lo reclama el mundo económico e incluso las instituciones europeas, también preocupadas por la posible presencia de Podemos en el Ejecutivo.

No es en cualquier caso la posición oficial del partido de Mariano Rajoy. En la cúpula del PP no quieren oír hablar de la posibilidad de abstención -o al menos así lo subrayan una y otra vez en público- e insisten en que su líder no ha tirado la toalla y podría optar más adelante a la investidura.

Así continúan unos y otros haciendo cuentas con los síes, los noes y la cada vez más preciada abstención.