El parricida de La Arena, un hombre triste y solitario

Se tiró este jueves por un puente tras matar a sus hijas de 7 y 9 años

Los vecinos de San Juan de la Arena no tenían mucho contacto personal con José Ignacio B. A., el hombre que se tiró este jueves por un puente tras matar a sus hijas de 7 y 9 años en su domicilio de esta localidad costera asturiana, donde le veían como una persona triste que no hablaba con casi nadie.


La madre vivía con sus hijas a poco más de dos kilómetros de la vivienda de su exmarido, de 55 años y natural de Vizcaya, en la capital del concejo, Soto del Barco.


José Ignacio solía pasear por las calles de La Arena y sentarse a leer el periódico en el bar El Parque, en el centro del pueblo, donde consumía uno, dos o hasta tres cafés sentado tranquilamente en la terraza, pero sin conversar con nadie.


La única excepción era el dueño del establecimiento, según reconoce su mujer, Josefa Barriga Garrido, que ha apuntado que horas antes del suceso estuvo hablando con su marido durante más de una hora de cosas del concejo y de la pesca de la angula.


"Era una persona que no hablaba con nadie. Creo que con el único que lo hacía era con mi marido. Cuando por la noche mi esposo se enteró del suceso dijo que era imposible que hubiera sido él. No se creía que hubiese sido él", ha señalado.


A las hijas afirma que no las conocía, ni sabía que las tenía y recuerda que unas conocidas le habían señalado que durante el verano estuvo con ellas en la terraza que pone en la plaza del pueblo.


"No esperábamos que fuera capaz de hacer una cosa así", recalca la dueña del bar, mientras que un vecino del mismo bloque de viviendas donde había alquilado un piso el parricida aseguraba que era una persona triste a la que nunca veía hablar con nadie.


El vecino, que no ha querido decir su nombre, ha afirmado que estuvo en casa a la hora que se supone ocurrió el suceso, pero que no escuchó nada, al igual que le han comentado el resto de vecinos.


Pocos son los que habitan este bloque de viviendas durante todo el año, escasamente cinco familias, ya que, como muchos de los pisos construidos en los últimos años en esta localidad costera de poco más de 1.500 habitantes, suelen habitarse sólo durante el periodo de vacaciones.


La mayoría de las personas preguntadas por Efe en San Juan de la Arena aseguran que casi no le conocían, que le habían visto pasear por el pueblo, pero que no sabían que tuviera dos hijas.


La mayoría de los padres de los compañeros de colegio de Amets y Sara han desistido de llevar a sus hijos a las clases ante el fallecimiento de sus amigas, por lo que los responsables del centro Gloria Rodríguez decidieron suspender las clases.


La consternación se hace patente en este concejo situado a unos 45 kilómetros al oeste de Oviedo y que vive con "dolor" y "tristeza" la primera de las tres jornadas de luto declaradas en el municipio por una muerte "tan cruel y absurda".


El alcalde Jaime Menéndez Corrales ha convocado para mañana una concentración en señal de repulsa frente a la sede de la casa consistorial, en cuya fachada se han colocado dos grandes lazos negros.


Los cadáveres de las niñas fueron localizadas a última hora de la tarde en la vivienda de su padre después de que la Guardia Civil hallase a media tarde el cuerpo de éste bajo un viaducto de la cercana autovía A-8.


Los agentes acudieron después a su domicilio ante la preocupación expresada por los familiares de las niñas, que debería haber devuelto a su madre después de haber pasado la tarde con ellas.


En la vivienda los agentes localizaron los dos cadáveres y una barra metálica ensangrentada con la que supuestamente pudo cometer la agresión.


Agentes de la investigación han señalado que la imagen que se encontraron al entrar en el escenario del crimen "no era tremenda... sino lo siguiente".