De Lavapiés a Tirso de Molina: 10 meses después, nace Podemos

Podemos busca romper el bipartidismo y dar la participación y poder a los ciudadanos.

Pablo Iglesias durante un mitin en Madrid
De Lavapiés a Tirso de Molina: 10 meses después, nace Podemos
Reuters

Casi diez meses después de que en enero se presentará en el barrio madrileño de Lavapiés ese proyecto que quería "mover ficha" para convertir la indignación en cambio, este sábado en la emblemática plaza de Tirso de Molina ha concluido su proceso fundacional y nace en toda regla un nuevo partido político.


Podemos no quiere ser un partido tradicional, quiere romper el bipartidismo y dar la participación y el poder a los ciudadanos, aunque en el diseño de su estructura ha optado por la eficacia.


Eso supone que, como otros partidos que ya conocemos, tiene para empezar un secretario general -Pablo Iglesias, que ya era el líder de facto-, y una dirección muy similar también a las ejecutivas de otras formaciones políticas, en la que se ha buscado un equilibrio de género y territorial y que ahora se distribuirá el trabajo por áreas.


Del Consejo Ciudadano Estatal de Podemos, para el que este sábado han sido elegidos los 62 miembros del equipo de Pablo Iglesias, saldrá además el Consejo de Coordinación, un grupo de una docena de personas, que será el verdadero núcleo duro en la dirección de Podemos.


Asegura Pablo Iglesias que Podemos no es lo que es porque él hable muy bien en televisión, pero es innegable que sus giras por los platós le han dado a su formación tantos simpatizantes como las críticas que le han lanzado los partidos "viejos", y ahí ha estado su elección por la eficacia.


Salen a ganar -repiten- y para ello van a utilizar lo que tienen y lo que tienen es que en las últimas elecciones colocaron la cara de Iglesias en las papeletas y, para sorpresa de casi todos, lograron cinco eurodiputados.


Como dijo Iglesias en la asamblea de Vistalegre del pasado octubre, a Mariano Rajoy y a Pedro Sánchez les gana un secretario general y no tres.


Ahí se acabó la competencia. El que podía haber sido el principal rival de Iglesias en esta batalla por la dirección, el eurodiputado Pablo Echenique, que quería un órgano más plural y con varios portavoces, no tenía ya ninguna posibilidad.


De hecho, si algo han dejado claro las votaciones "on line" que se han llevado a cabo en Podemos es que es abrumadora la mayoría de los simpatizantes que quieren que Iglesias y su equipo sean los capitanes del barco que les lleve al Gobierno.


El camino no va a ser fácil. Tampoco lo ha sido el recorrido que han transitado hasta ahora, pero de momento ya están en el Parlamento Europeo y cuentan con la simpatía de la gente que dice en las encuestas que en las próximas elecciones generales Podemos puede ser una de las tres primeras fuerzas políticas del país.


Los partidos tradicionales empiezan ya a verle las orejas al lobo, aunque Podemos tiene todavía por delante mucho trabajo y una gran responsabilidad.


En el aire queda la incógnita de si serán capaces de terminar ese camino que han recorrido de Lavapiés a Tirso de Molina, en Madrid, en el distrito de Moncloa.