Nuevos restos arqueológicos obligan a parar otra vez las obras de peatonalización

Patrimonio ordena un estudio detallado del hallazgo
No se puede trabajar en la calle de Moya pero sí en el Coso.

Los restos que deben investigarse se encuentran en la parte más alta de la calle de Moya.
Nuevos restos arqueológicos obligan a parar otra vez las obras de peatonalización
Javier Blasco

La Dirección General de Patrimonio ha ordenado la apertura de una investigación arqueológica sobre los restos encontrados a finales de octubre en la calle de Moya, en el centro de Huesca. Los trabajos de peatonalización de la zona han sacado a la luz vestigios que podrían ser anteriores al siglo I a. C y que es preciso analizar en profundidad antes de volver a cubrirlos, lo que implica paralizar la actividad de las máquinas. Es la segunda ocasión en la que se localizan ruinas históricas en esta calle, que une el Coso Alto con la plaza de López Allué, pero esta vez el hallazgo tiene mayor importancia.


Las indicaciones de Patrimonio suponen sino un contratiempo sí una variación en la planificación de estas obras, que empezaron a mediados de septiembre. El concejal de Movilidad, Gerardo Oliván , explicó que la realización del análisis que se solicita implica que los arqueólogos trabajen en esta zona todo el tiempo que sea necesario para terminar su investigación y que la obra deberá paralizarse en esta calle.


No obstante, Oliván apuntó que los trabajos prosiguen en el tramo del Coso Alto desde este cruce hasta la plaza de la Inmaculada. Ambas calles forman parte de un mismo proyecto de peatonalización, adjudicado a la empresa Vialex por 975.000 euros y un plazo de ejecución de ocho meses.


Según la planificación inicial de esta obra, en una primera fase se iba a llevar a cabo la reurbanización de la calle de Moya. Al igual que se ha hecho en los tramos ya terminados, la intervención conlleva la sustitución de las redes de saneamiento y la supresión de barreras arquitectónicas con una pavimentación de plataforma única. La empresa había previsto iniciar el tramo del Coso Alto una vez que se hubiera echado la solera de la calle de Moya. Pero la aparición de estos restos ha obligado a cambiar los planes para que las obras no queden totalmente paradas.


Nuevas contrataciones


La alcaldesa, Ana Alós, informó ayer en la Junta de Gobierno del informe emitido por Patrimonio del Gobierno de Aragón tras un primer análisis de los vestigios. En el mismo documento, que no se ha entregado a los grupos de la oposición, la Dirección General ya propone la solución arquitectónica que debe adoptarse cuando el estudio finalice. "Los restos volverán a taparse con geotextil", señaló Gerardo Oliván.


Patrimonio, además, obliga a la empresa adjudicataria a incorporar un nuevo arqueólogo y un peón más para llevar a cabo el análisis de las ruinas. Oliván, que también es presidente de la Mesa de Contratación municipal, indicó que será la empresa la encargada de contratar a estas personas, pero que el gasto que esto suponga será asumido por el Ayuntamiento de Huesca, que es el promotor de las obras. Esto encarecerá el coste de las mismas, que se adjudicaron un 22% por debajo del precio de salida, siguiendo la tendencia des los contratos efectuados en los últimos años.


En opinión del concejal, esta circunstancia conlleva un desajuste en las fases de la obra, pero no tiene por qué suponer algún retraso en la finalización de los trabajos. "Lo único que hemos hecho es variar la planificación y cuando los arqueólogos terminen de investigar se continuará trabajando en la calle de Moya para echar la solera", explicó Oliván.


El análisis de los expertos determinará la época y el origen de estos restos, localizados en la parte más alta de la calle, en una zona que durante la Edad Media quedaba en el interior del recinto amurallado. Los vestigios encontrados en esta misma vía a principios de octubre, en el punto más cercano al Coso, son unos fragmentos que formaban parte del paramento de una de las caras de la muralla islámica, según concluía el informe de Patrimonio.


Estos sillares se denominan ‘de relleno’ y no precisan de un tratamiento especial. Es por ello que se determinó su limpieza y cubrimiento, también con una tela geotextil, una vez que se coloquen las tuberías y los restos vuelvan a su emplazamiento original.