Diez horas en busca de restos orgánicos en "la casa del horror"

Se trata de un piso vacío en el que solo se han podido encontrar algunos restos de vómito.

La Policía Nacional sigue practicando registros en casas de Madrid usadas por el supuesto pederasta
Diez horas en busca de restos orgánicos en "la casa del horror"
Efe

Tuberías, desagües, paredes, techos y pasillos. No hay lugar en la vivienda de la calle Santa Virgilia de Madrid que escape al ojo de la Policía Científica, que estuvo más de diez horas registrando el escenario en el que el pederasta de Ciudad Lineal pudo dar rienda suelta al horror.


Se trata de un piso prácticamente vacío en cuanto a muebles y enseres pero que puede ser revelador en caso de que se hallen restos orgánicos de alguna de las víctimas, que incriminarían al protagonista de la operación policial más mediática del año en Madrid.


De hecho, no hay más que observar el dispositivo policial, los medios de comunicación y los vecinos del distrito de Hortaleza que no quitaban ojo a la entrada del garaje del edifico, completamente rodeado por aquellos que durante meses han vivido bajo el temor de convertirse, por sus hijas o nietas, en tristes protagonistas de esta historia.

Su indignación y su rabia daban fe de ello. "Queremos ver la cara de este animal que no es más que un cobarde", dice un matrimonio con dos niños que llevan horas esperando frente a la puerta del garaje.


Algunas hipótesis apuntan a que pudo ser por este lugar por donde el detenido accedió con sus víctimas al 4-A de la escalera derecha del número 3 de la calle Santa Virgilia, aquel que centra todas las investigaciones policiales en el día de este jueves.


Desde primera hora de la mañana, los agentes de la Policía Científica -hasta veinte- accedieron a la casa deshabitada en busca de restos orgánicos y también rastrearon el pasillo de la cuarta planta. Hasta el momento tan solo se han hallado restos de vómitos, que podrían pertenecer a algunas de las víctimas.


No obstante, no se ha visto a agentes con cajas o papeles que procedan del registro. Nada. Lo que no deja de alimentar la expectación en la zona ante qué o quién pueda salir del garaje.


Algunos de ellos se han dejado ver en el inmueble hasta que se bajaron las persianas de la casa, donde permanecía el detenido, que llegó a las 09.25 horas en un coche sin distintivos policiales y con los cristales tintados.

Conforme fue pasando el día, el número de vecinos y curiosos que se desplazaron hasta la casa fue aumentado considerablemente. De una treintena por la mañana se pasó a más de un centenar por la tarde.


"Que salga ya", "bandido" o "aquí te esperamos" fueron algunos de los gritos que se escucharon entre las personas que llevaban horas apostadas en la calle a la espera de ver el coche que saliera del inmueble con el detenido, al que apenas nadie conoce en el barrio.


Es cierto que venía poco, muchas veces acompañado de su madre, pero la conclusión es que nadie lo ha visto jamás. Tan solo el portero del inmueble le ha identificado. Para el barrio se trata de un vecino invisible.


El registro fue tremendamente minucioso. No se puede pasar por alto ningún elemento del inmueble. Se buscan pelos en tuberías, huellas en las paredes, vómitos en las esquinas, restos de ADN de las víctimas que algún día pasaron por el piso, que ya muchos vecinos en el barrio han bautizado como "la casa del horror".