Torres dice que los servicios de inteligencia velaban por la "bondad" del Instituto Nóos

El exsocio de Iñaki Urdangarin ha presentado un escrito ante el juez José Castro.

Diego Torres con su mujer
El juez Castro interroga este viernes a Diego Torres tras imputarle un nuevo delito fiscal
EFE

El exsocio de Iñaki Urdangarin en el Instituto Nóos, Diego Torres, ha dirigido un escrito al juez instructor José Castro, en el que asegura que los servicios de inteligencia del Estado y "su ejército de asesores" velaban por la "bondad" de todo lo que realizaba dicha entidad.


El magistrado del caso Nóos incorporó el pasado miércoles al sumario de este caso que investiga el presunto desvío de fondos públicos al Instituto Nóos un escrito de Torres, en el que solicitaba que añadiera a la causa la sentencia dictada por una jueza de primera instancia de Barcelona.


Este fallo judicial desestimó una demanda contra el derecho al honor presentada por el duque de Palma a raíz de la difusión de unos correos electrónicos.


En esa sentencia conocida el pasado lunes, la magistrada argumentó que Urdangarin enviaba los correos desde un ordenador situado en la sede del Instituto Nóos donde trabajaba y que era consciente de que todos los equipos informáticos de la empresa eran "controlados periódicamente por varias entidades".


Según la jueza, se ignora quién tiene esos correos y si "dispone únicamente de ellos el señor Diego Torres o más gente", como el personal del Instituto Nóos, los ingenieros que hacían los "backups" o personal del CNI que también se encargaba de esa tarea, según declaró el propio Urdangarin, quien explicó que cada semana hacían una copia de los mismos.


El abogado de Torres considera que esa supervisión que hacían los servicios de inteligencia del Estado indica que no podía realizarse nada ilegal en Nóos.

Según el letrado, la sentencia que se ha incorporado al caso Nóos deja clara la intervención de los servicios de inteligencia del Estado "y su ejército de asesores, que velaban por la bondad de todo cuanto se acometía, de manera que ninguna tacha de ilicitud cabe reprochar al quehacer" de quienes trabajaban en Nóos.