La Fiscalía francesa describió a ETA como "una organización terrorista moribunda" de la que se espera que desaparezca, pero que todavía puede dar "sobresaltos" teniendo en cuenta los arsenales que mantiene con sus miembros clandestinos.

"ETA es una organización terrorista moribunda", observó el fiscal Benjamin Chambre durante el juicio ante el Tribunal Correccional de París de los presuntos miembros de la logística militar de la banda Aitzol Etxaburu, Alberto Machaín y Andoni Sarasola.

Chambre, que se refirió al estado actual de la banda, dijo esperar el fin de ETA, aunque advirtió de que "no hay que excluir sobresaltos", antes de precisar las fuerzas de que dispone.

Así, aseveró que quedan "entre 20 y 30 activistas en la clandestinidad", que se dedican a "mantener operativos" los arsenales que había constituido la banda y que podrían ser utilizados en caso de "un vuelco" en la situación.

También dijo que el aparato militar, como lo ha puesto en evidencia la operación llevada a cabo este mes en el País Vasco  -que ha supuesto la detención de algunos abogados que defienden a etarras-, se está dedicando "a la gestión de los prisioneros".

Precisó que eso se lleva a cabo a través de las organizaciones de apoyo a los presos y, para ilustrarlo, aludió a los viajes que "sistemáticamente" organiza la banda para que, como hoy en el Tribunal Correccional de París, haya "20-30 personas" que asistan a las audiencias.

La abogada de los tres que se sentaban en el banquillo, Olatz Talavera, replicó al fiscal que las ocho personas arrestadas en la operación antiterrorista en España "han sido detenidas porque trabajaban para la resolución del conflicto".

Los jueces franceses dictarán una sentencia contra Etxaburu, Machaín y Sarasola, para los que Chambre pidió penas de ocho años, en el caso de los dos primeros, y de seis para el tercero.