Organización territorial

González y Cospedal apelan al consenso para reformar el Estado autonómico

El expresidente aboga por caminar hacia un modelo federal, mientras que Cospedal prefiere reforzar los mecanismos de cohesión y coordinación del Estado.

El expresidente del Gobierno Felipe González y la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, han apelado este miércoles al consenso y al pacto para reformar el Estado de las Autonomías, si bien han discrepado sobre en qué línea deberían realizarse las modificaciones.


Ha sido durante el debate sobre 'La organización territorial del Estado', en el que han compartido escenario con dos de los ponentes de la Constitución, Miguel Roca y Miguel Herrero Rodríguez de Miñón, partidarios también del diálogo y del consenso.


Ahora bien, mientras González ha estimado necesario dar un paso más allá y caminar hacia un modelo federal, De Cospedal ha apostado por "cerrar el ciclo" que comenzó con la aprobación de la Constitución.


"Soy un reformista impenitente", ha afirmado González, quien ha advertido de que la actual crisis institucional no es consecuencia de la económica, aunque sí se ve agravada por ésta.


Desde la "libertad", González ha dejado claro a los actuales responsables políticos que "esto no sale adelante sin consenso" y que no "hay consenso sin diálogo".


En este sentido, ha apreciado la diferencia entre los problemas económicos e institucionales, ya que de los primeros se conseguirá salir, aunque no le gusten las recetas que está aplicando el actual Ejecutivo, al igual que las del anterior Gobierno socialista.


Lo que le "angustia" es la crisis institucional, que también afecta al funcionamiento territorial y de la estructura del Estado, a la vez que abarca a "todas las instituciones", que están en crisis.


Según González, España necesita reformas en el ámbito territorial y afinar algunas cosas en el institucional, por ejemplo dejando claro quién tiene capacidad para votar en un hipotético referéndum en el que se preguntara si Cataluña se separa del resto de España.


En este caso concreto, González ha subrayado que él quiere opinar, porque no concibe a España sin Cataluña. "A mí me amputan una parte de mi identidad (...) y me gustaría que si alguien siente la tentación de hacerlo, contara con mi opinión".


María Dolores de Cospedal, por su parte, ha destacado que no se puede estar consultando todo dependiendo de las circunstancias del momento.


También se ha mostrado partidaria de no manosear demasiado la Constitución y ha argumentado que funciona "razonablemente bien", porque ha permitido fijar un modelo territorial como el de las autonomías que es "intrínsecamente bueno", aunque se haya abusado de su uso.


Convencida de que el Estado autonómico todavía "puede dar mucho de sí", De Cospedal ha admitido que, no obstante, se ha abusado económica, política y administrativamente de él.


El problema no es el modelo, ha precisado, sino "el uso", y eso es algo que la crisis económica no ha creado, sino que simplemente ha permitido destapar antes: que no se ha sabido administrar con responsabilidad el sistema.


La solución, ha opinado, pasa por reforzar los mecanismos de cohesión y coordinación del Estado, con el fin de terminar un ciclo que empezó con la Carta Magna y hacerlo con el consenso necesario.


Y es que, a su entender, "una parte importante de la zozobra continua" que tienen los españoles, sobre todo cuando hay elecciones, de replantearse el Estado, terminaría "de alguna manera" si se cerrara el círculo.


Miquel Roca, quien ha confesado que le gusta la Constitución, ha valorado especialmente "el espíritu y el pacto que la hizo posible", persuadido de que el acuerdo es esencial en democracia y de que sin él no se avanzará en soluciones ni económicas ni institucionales.


Como exdirigente de CDC, ha dejado claro que en Cataluña existe "una ambición" que se intentó canalizar de forma constitucional a través del nuevo Estatuto de Autonomía, tumbado en parte por el Tribunal Constitucional.


Pero esa "ambición" sigue ahí, ha alertado, y es necesario ofrecer una solución porque no hay que sentirse más cómodos ahora, tras los resultados del 25N, pensando que es Cataluña la que tiene un problema, porque es España la que lo tiene.


Así las cosas, ha abogado por repensar el modelo de Estado actual desde el diálogo y el consenso, teniendo en cuenta el reconocimiento de la diferencia, porque "las hay" y al final se concretan en "sentimientos".


Roca ha asegurado que puede hacerse y ha argüido que si España fue capaz de llegar a un pacto de Estado en la transición con el "franquismo", es imposible que ahora no se pueda.


Su compañero como 'padre de la Constitución', Miguel Herrero Rodríguez de Miñón, se ha referido igualmente al consenso para gestionar la crisis institucional y económica, y ha compartido con Roca la dimensión "respecto a la singularidad de Cataluña".


Defensor del mantenimiento del Estado de las Autonomías, Herrero Rodríguez de Miñón ha precisado que, no obstante, no se opondría a su reforma, aunque no para ir hacia un modelo federal.


A su juicio, el federalismo sería "desacertadísimo", porque es demasiado ambiguo y supondría "un coste retórico añadido a la ya compleja realidad española".