Por una demora judicial

Rebajan 13 años una condena por perseguir con una motosierra a tres jóvenes

El Supremo argumenta que los once años de proceso han condicionado las expectativas familiares y laborales de los acusados.

La tardanza "manifiestamente excesiva" en la tramitación de una causa de escasa complejidad ha llevado al Tribunal Supremo a reducir de 15 a 2 años de cárcel la condena de un hombre que amenazó con una motosierra y embistió con su vehículo al de otros tres jóvenes con los que acababa de mantener una discusión cuando se encontraban de fiesta en el puerto deportivo de Estepona (Málaga).


La Sala de lo Penal también ha reducido de 15 años a un año y medio de prisión la pena impuesta a otros dos acusados que le acompañaron cuando inició la persecución. El acoso obligó a los tres jóvenes a conducir por encima de los límites de velocidad y acabó con la colisión de su automóvil en un muro que les causó lesiones de escasa entidad.


El alto tribunal ha tenido en cuenta a la hora de aplicar la atenuante de dilaciones indebidas que los hechos ocurrieron en abril de 2001, pero la Audiencia Provincial de Málaga no dictó sentencia hasta diciembre de 2010. Una demora de casi once años que considera de "notoria relevancia" en un asunto "sencillo", que concluyó sin "secuelas relevantes", y que condicionó el futuro de los tres acusados.


Diez años bajo acusación de asesinato


Los magistrados estiman el recurso de los tres acusados ya que estuvieron "durante más de diez años –en un periodo muy relevante de sus vidas, entre los veinte y los treinta años, en el que se alcanza la madurez y se consolida la vida profesional, personal y familiar– condicionados por una acusación por asesinato intentado".


A su juicio, la acusación pendiente con una petición de pena de hasta 17 años de prisión determinó "una natural angustia e incertidumbre" ante un futuro que condicionaba toda su "vida personal" y sus "expectativas profesionales y familiares".


De este modo, el Tribunal Supremo ha estimado parcialmente el recurso que presentaron los tres acusados contra la sentencia de la Audiencia de Málaga, que les condenó finalmente a quince años de prisión a cada uno por tres intentos de homicidio.


La sentencia del Supremo, con ponencia del magistrado Cándido Conde-Pumpido, reduce además las condenas al calificar los hechos como tres delitos de lesiones ya que valora las características del vehículo perseguidor –un Opel Astra de escasa potencia–, y de la vía –un camino de una zona urbana de Estepona–.


El resultado más probable de estas circunstancias no sería uno "triplemente mortal" sino unas lesiones, como las que efectivamente se produjeron y que se limitaron "prácticamente a contusiones y erosiones" sin "ni siquiera llegar a provocar fractura o fisura alguna", puntualiza la sentencia.


Todo comenzó en una bronca cuando estaban de fiesta


Los hechos ocurrieron en la madrugada del 13 de abril de 2001 cuando se inició una discusión por "un motivo nimio" entre dos grupos de jóvenes que se encontraban de fiesta y que ni siquiera se conocían en el puerto deportivo de Estepona.


La disputa llegó a tal intensidad que llevó a David C. a empuñar una motosierra que guardaba en su automóvil y colocarla en el cuello de uno de los tres jóvenes madrileños, sin llegar a causarle lesiones.


Un amigo de la víctima acudió en su defensa, empujó a David y, junto a otro joven, se subieron a su vehículo y escaparon del lugar. Sin embargo, el empujón y la posterior caída al suelo provocaron en David C. una "furia" que le llevó a perseguirlos a bordo de un Opel Astra y acompañado por otros dos veinteañeros.


Con la intención de echarles de la carretera, embistió en varias ocasiones al vehículo de los tres veraneantes hasta que éstos perdieron el control en la última colisión y se empotraron contra un muro ubicado en un camino rural.


Al comprobar que los ocupantes se encontraban con vida, los acusados intentaron abrir las puertas del vehículo y David blandió de nuevo la motosierra. Sin embargo, se dieron a la fuga cuando vieron las luces de otro automóvil y pensaron que podía tratarse de una patrulla policial.