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¿Pueden multarme por conducir con chanclas?

Su uso no está expresamente prohibido por la DGT, pero puede convertirse en sanción económica si los agentes consideran motivo de actitud peligrosa.

Conducir con chanclas puede ser motivo de multa económica
Conducir con chanclas puede ser motivo de multa económica
Pixabay

Conforme avanzan los meses del año, las temperaturas, cada vez más cálidas, provocan un desprendimiento, de manera progresiva, de todas las capas de ropa que se aglutinan durante el invierno. Con la llegada del verano y el extremo calor, se llega incluso a desnudar una parte muy importante del cuerpo: los pies. 

Andar descalzos por casa o en la piscina, usar chanclas, sandalias, alpargatas… son prácticas muy comunes en la vida cotidiana, pero, ¿por qué al volante, también? ¿calor? ¿comodidad? Esta es una práctica no recomendable por seguridad. Entonces, ¿por qué puedo, pero me multan?

Tal y como explica el Artículo 18 del Reglamento General de Circulación de la DGT: “El conductor de un vehículo está obligado a mantener su propia libertad de movimientos, el campo necesario de visión y la atención permanente a la conducción, que garanticen su propia seguridad, la del resto de los ocupantes del vehículo y la de los demás usuarios de la vía”. Así, el Artículo 17.1 también menciona que los conductores "deberán estar en todo momento en condiciones de controlar sus vehículos y animales".

Es decir, si un agente considera que la vestimenta, en este caso, el calzado, no es apropiado para la conducción, bien porque delimita los movimientos del conductor o pone en peligro su propia seguridad y la de otros, podría llegar a sancionar al infractor con una multa económica que oscilaría entre los 80 y 200 euros.

Desde la DGT se afirma que no se denuncia el hecho de llevar este tipo de calzado, sino porque es una práctica que afecta a la seguridad en la conducción. En cualquier momento, las chanclas pueden desprenderse del pie al no estar sujetas o quedarse, por ejemplo, encajadas a los pedales, perdiendo así el control del vehículo y pudiendo ocasionar un accidente.

Entonces, ¿cómo debe ser el calzado? Debe estar bien sujeto al pie, bien atados, si estos tienen cordones, pero sin que nos produzca una excesiva presión en el pie. En caso opuesto, para evitar llevar suelto el calzado. Debe garantizar, además, el agarre. La suela no debe resbalar al pisar el pedal. Un ejemplo muy claro son los días de lluvia debido a la dificultad de conducir con la suela mojada.

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