¿Por qué cree que se ha producido un ascenso en la mortalidad en las carreteras de Aragón?

Por un lado, por la falta de atención de conductores y por otro, por el mantenimiento de nuestras carreteras, sobre todo de las secundarias.

¿Qué piensa de las campañas de concienciación?

Son positivas si la gente de verdad toma conciencia y es responsable a la hora de coger un coche. Si no la toman, poco podemos hacer unos y otros. El conductor tiene que saber lo que lleva entre sus manos y el peatón tiene que saber por dónde andar en el casco urbano. En Stop Accidentes decimos que lo que importa es tener educación y respeto a los demás, ya no solo en seguridad vial sino en cualquier tema de la vida. Si yo como conductor respeto mi vida y la de los ocupantes que llevo dentro de mi coche, respeto también la vida de los demás.

En España, el 78% de los accidentes mortales han ocurrido en carreteras secundarias. ¿Cuáles serían las causas principales?

En los arcenes de las carreteras hay mucha gravilla, matorrales, señales tapadas, mal indicadas en algunos casos, mal parcheadas... Esto supone un riesgo tremendo para el conductor de un coche y más para una moto que cuando ve el bache ya lo tiene encima. Nosotros tenemos una campaña en verano que es la del conductor alternativo, el mensaje que queremos transmitir es que cuando la gente vaya de fiesta a pueblos es importante que uno de ellos no beba, él será el responsable de devolver al resto al punto de origen en perfectas condiciones. También lanzamos el mensaje de la campaña de verano ‘Ve, vuelve y vive’, hasta ahora habían resultado muy positivas. Este año no sé qué está ocurriendo, si es el exceso de confianza de ‘a mí no me va a pasar’ pero la desgracia está ahí y los datos lo reflejan.

La N-232 y la N-II son las carreteras más mortales de Aragón.

Mi pregunta es, ¿cuántos muertos necesita el gobierno para desdoblar estas carreteras o liberalizar los peajes? Llevamos muchos años de retraso y hay muchos muertos que se podían haber evitado. En Stop Accidentes entendemos que el no hacer el desdoblamiento ni la liberalización del peaje mientras se hacen las obras es una desatención por parte de los gobiernos a esas familias que sufren estas tragedias. No podemos quedarnos con que ahora no hay presupuesto porque cuando había dinero tampoco se hacían estas obras en España. La N-232 y la N-II no son nuevas, tienen muchos años, no se han arreglado nunca y cada año ha habido muertos.

Ya son cinco ciclistas fallecidos en Aragón en 2016. ¿Qué tendrían que hacer conductores y ciclistas para convivir pacíficamente en el asfalto?

Tener educación y respeto entre unos y otros. En la ciudad o en la carretera cabemos todos, se trata de tener cada uno nuestro sitio para circular y no hay más. Los conductores deben respetar el metro y medio de distancia que tienen que mantener con un ciclista. Los ciclistas, por su parte, deben ir por el arcén o bien en paralelo de dos en dos o uno detrás de otro. Todos tenemos que tener un comportamiento cívico y racional.

¿Qué opina sobre las penas de prisión que se aplican a los conductores que no respetan la ley?

Actualmente la máxima pena es de cuatro años de prisión y no es suficiente, pienso que tiene que cambiar la ley. Hay accidentes de tráfico, como la muerte de los ciclistas en Botorrita, que son evitables. Si esta persona no hubiera conducido ebrio los dos ciclistas estarían hoy en sus casas disfrutando con sus familias. El accidente era previsible y más habiendo tenido un golpe anterior al atropello. La ley debería ser más dura.

La siniestralidad en las carreteras españolas ha disminuido de 3.367 muertos en 2006 a 1.126 en 2015, cifra que se ha mantenido estable en estos tres últimos años. ¿Significa que ya hemos alcanzado el mínimo?

No, porque entonces hubiéramos dejado de hacer campañas. No podemos quedarnos con que ya no se puede bajar más porque entonces los muertos seguirían ascendiendo. Hay que seguir trabajando, luchando y concienciando para que esas cifras sigan bajando. No vamos a tirar la toalla. Nuestra meta es siniestralidad 0, sabemos que es complicadísimo, muy difícil, casi imposible. ¿Lo conseguiremos? No lo sé, pero tenemos que intentarlo.

¿Los radares persuaden a los conductores de no pisar el acelerador?

Relativamente. Los radares están ahí y nos preocupan porque si nos pillan nos cuestan dinero. Pero lo que deberían hacer es un cambio en las sanciones económicas. Yo creo que se debería tener en cuenta los ingresos de cada persona, no es lo mismo para una persona que cobra 6.000 euros al mes que le pongan una multa de 400 euros que para uno que cobra 2.000.

¿Qué es lo que reclaman las víctimas de accidentes de tráfico?

Justicia. Queremos que se aplique la justicia en toda su capacidad a la gente que comete un delito contra seguridad vial. Ha habido gente que ha dicho que las víctimas reclamábamos venganza y no es así. Reclamamos justicia y pedimos que haya una mayor concienciación de conductores para que nadie más pase por la tragedia y el dolor que se soporta cuando eres víctima de un accidente de tráfico.