Las empresas de la A-11 aceleran el ritmo para ejecutar antes de acabar el año los 35 millones

Intensificada la obra en cuatro tramos aunque ralentizada entre San Esteban y El Burgo por problemas de la firma.

Trabajos relativos a la construcción de la autovía en las inmediaciones de Torreblacos
Trabajos relativos a la construcción de la autovía en las inmediaciones de Torreblacos
Luis Ángel Tejedor

Los contratistas de la Autovía del Duero (A-11) han acelerado la intensidad de los trabajos para ejecutar enteramente los 35 millones de euros consignados para este año en los presupuestos estatales. La actividad de operarios y maquinaria es enérgica en cuatro de los cinco tramos en estado de ejecución. En el restante, entre El Burgo de Osma y San Esteban, las labores se han ralentizado en las últimas semanas, según admite la Subdelegación del Gobierno, achacándolo a circunstancias "internas" de la adjudicataria, Assignia. Las tareas siguen pero a un ritmo menor al desarrollado desde marzo. De hecho, Assignia fue la primera de las empresa en desembarcar después de que el Ministerio de Fomento levantara la cancelación de los trabajos. La situación "interna" de la mercantil "no significa que vaya a dejar de ejecutar" los 8,5 millones encomendados en 2016 para avanzar con la construcción. Con todo, sigue siendo el tramo más avanzado.


La Subdelegación asegura que los 35 millones recogidos en las cuentas del Estado serán invertidos antes de acabar el año, rechazando que los trabajos se frenen en 2017 en caso de que no salgan adelante los presupuestos. Si se prorrogan, apunta el organismo, se daría continuidad a la ejecución "en los mismos términos" que recoge la proyección plurianual, que fija en 2019 la apertura de los cuatro tramos actualmente en fase de ejecución. Esto supondría un nuevo impulso a la infraestructura con la dotación de otros 85 millones. La Subdelegación también matiza que la A-11 es ya irrechazable para el Ministerio de Fomento, pues su anterior titular, Ana Pastor, manifestó en numerosas ocasiones que se trataba de un proyecto trascendental que jamás sufrirá nuevos retrasos después de que estuviera paralizado durante más de cinco ejercicios tras la cancelación de las obras decretada por su predecesor, José Blanco.


Sin embargo, lo cierto es que todas estas pretensiones están supeditadas a la planificación del próximo Gobierno, cuando lo haya. Incluso a la Unión Europea. Varios de sus dirigentes han dejado entrever durante todo este año que el siguiente Ejecutivo de España tendrá que acometer nuevos ajustes. Eso podría trastocar el progreso de la obra pública.


De manera técnica, Fomento explica a este medio que las labores se están centrando en el tratamiento de mejora del terreno con columnas de grava, así como en el movimiento de tierras y la reposición de la N-122. También en las estructuras, obras de drenaje transversal, reparación de las líneas eléctricas afectadas, pasos inferiores, enlaces y en los viaductos del río Abión y el arroyo de Reyes.


Cabe recordar que el tramo entre Langa y Aranda se encuentra cancelado, después de que Fomento procediera a la rescisión del contrato con Isolux Corsán Corvian-Zarzuela al justificar incumplimientos. Esto significa que tendrá que iniciarse un nuevo proceso de licitación, lo que demorará aún más los plazos.

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