Viajar entre Soria y Burgos en cualquiera de los dos sentidos es posible en servicio público todos los días de la semana menos uno. Los sábados, cuando es inviable conectar en autobús los aproximadamente 142 kilómetros que separan ambas capitales. Y eso que son provincias colindantes, además de la misma comunidad autónoma. De hecho, en el caso de Soria es la segunda menor distancia que mantiene con otra capital, solamente por detrás de Logroño (102 kilómetros). Porque Valladolid (207), Segovia (189), Zaragoza (159 que se amplían a 177 por Calatayud), Guadalajara (171) y Madrid (230) requieren mayores tiempos de viaje. Y sólo las dos últimas permiten un trayecto completo a través de autovía.

En agosto se cumplirán cuatro años desde que La Serrana (grupo Therpasa) suprimió las frecuencias de los sábados entre ambas capitales. Alegó falta de viajeros y ausencia de apoyo presupuestario de la Junta para mantener el servicio. Una cancelación que no sólo afecta a los interesados en desplazarse entre Soria y Burgos sino a los residentes de todas las localidades a las que sí se da cobertura el resto de días. Son concretamente 37 núcleos de población: 15 sorianos y 22 burgaleses. Los ajustes en la línea regular, que no se limitaron a la supresión de todas las rutas de los sábados sino a la modificación de horarios y eliminación de algunas servicios diarios, dispararon el malestar en los pueblos por los que discurren los autobuses. Un enfado tuvo su máxima repercusión en la zona de Pinares, canalizándose en la constitución de un colectivo ciudadano, denominado Demanda Dignidad, que aglutinó a vecinos de una veintena de municipios de ambas provincias. La movilización social fue máxima, con varias manifestaciones que llegaron a concentrar a más de 2.000 personas.

Fruto de esta presión "se consiguieron algunas cosas" como adaptar varios horarios o ‘rescatar’ frecuencias aunque "quedó uno muy importante" sin lograr: restablecer el servicio de los sábados. Cuatro años después, las posibilidades de recuperarlo son remotas. En todo este tiempo no ha existido replanteamiento ni por parte de la Junta ni de la empresa adjudicataria, lamenta Andrés Contreras, uno de los portavoces del movimiento, quien remarca la "insatisfacción" en la comarca. "Es verdad que conseguimos cosas, pero no ésa. No estamos satisfechos del todo. Es algo que siempre quedará pendiente", expone. Asume que tanto tiempo después será realmente complicado restituir las frecuencias de los sábados. "Se ha quedado en el olvido", dice antes de evidenciar lo que supone no poder desplazarse a los pueblos intermedios ese día. "Quien trabaja los viernes ya no tiene posibilidad de ir a su pueblo el fin de semana en autobús. Tampoco se da la opción de que se realicen desplazamientos destinados al turismo". Con estas trabas, amplía, la despoblación en el ámbito rural se acelera.

Además, los horarios del domingo (y festivos) complican la situación. Entre Soria y Burgos sólo hay dos y además demasiado seguidos: a las 15.00 (por Covaleda) y a las 16.00 (por Navaleno). Horarios considerados demasiado tempranos para realizar un viaje de vuelta un domingo o festivo. En sentido inverso se establecen otros dos: 18.45 (por Covaleda) y 19.00 (por Navaleno).

Salvador Urien, otro de los portavoces de Demanda Dignidad, cree que los alcaldes de la zona han sido "muy sumisos" a sus partidos, "sin terminar de conseguir lo que la sociedad demandó" unánimemente. Cree que su posición ha sido tibia. También acusa la "pasividad" de la Junta por permitir la desconexión entre Soria y Burgos los sábados. "Es posible no sea rentable ese día, pero no deja de ser un servicio público" a los ciudadanos, recuerda