ASALTO AL 'MÁRMARA'

"Vimos cómo caían las primeras víctimas"

Los españoles, que viajan hoy a Barcelona desde Estambul, tachan de "vergüenza absoluta" la actitud de Israel.

Laura Arau, Manuel Tapial (c) y David Segarra, al llegar ayer de madrugada al aeropuerto de Atatürk en Estambul (Turquía).
"Vimos cómo caían las primeras víctimas"
TOLGA BOZOGLU/EFE

El periodista español David Segarra, que formaba parte de la 'Flotilla de la Libertad' asaltada el lunes por Israel, relató ayer los instantes en los que los comandos de elite israelí abordaron el buque turco 'Mavi Marmara' y calificó de "desvergüenza absoluta" que el Gobierno de Israel acuse a los activistas de llevar armas a bordo.


Tanto Segarra como los otros dos españoles, Manuel Tapia y Laura Arau, llegaron de madrugada al aeropuerto internacional Atatürk de Estambul tras ser puestos en libertad por las autoridades de Israel. Los activistas dijeron que antes de que los soldados descendiesen de los helicópteros "ya había dos muertos en el barco a causa de los disparos desde las lanchas Zodiac".


Instantes antes de que se produjera el operativo militar israelí, se encontraban en la sala de prensa "cuando en cierto momento todas las comunicaciones desaparecieron. Cayó internet, cayeron la televisión, el satélite, los teléfonos... Ya nos imaginamos que era un acto de guerra electrónica de la Armada israelí", aseveró Segarra en Telesur, pocos minutos después de aterrizar en Estambul.


"Salimos con nuestras cámaras a ver qué estaba sucediendo en el exterior y nos encontramos con los comandos, que estaban en las lanchas rápidas, y vimos cómo se desplegaban hacia nosotros también con helicópteros", indicó el periodista valenciano, que se encontraba en el interior del barco turco para cubrir el transcurso de la expedición humanitaria para la cadena latinoamericana.


"Comenzaron los disparos indiscriminados con fuego real y con granadas de contusión y de sonido. Empezamos a ver cómo caían las primeras víctimas. Seguimos grabando y vimos cómo se producían más víctimas", agregó.


El Gobierno israelí asegura que la actuación de sus militares y la muerte de al menos nueve activistas se debió a que estos llevaban armas y munición a bordo, con las que habrían atacado a los soldados. "Es una falta de vergüenza absoluta realizar esas declaraciones cuando se mandan dos buques de guerra, submarinos, helicópteros y unidades de élite contra personas desarmadas y civiles", denunció el periodista. "Lo único que se utilizó fueron palos de madera y cuchillos de cocina, elementos que se encuentran en cualquier barco del mundo, y eso no es capaz de enfrentar a una unidad de élite armada hasta los dientes", añadió.


Encapuchados y sin su trabajo


Asimismo, relató ayer que los soldados les apuntaron directamente a la cara, les encapucharon y les robaron "todo" su trabajo.


Los tres españoles se encuentran en buen estado de salud a pesar de recibir, según consideraron, un brutal trato por parte de las autoridades israelíes desde el momento de su captura a bordo del barco de bandera turca 'Mavi Marmara'. Los tres tienen previsto viajar hoy a Barcelona.


Tapial, miembro de la oenegé Cultura, Paz y Solidaridad Haydée Santamaría, dijo haber sido interrogado durante tres horas por el Mosad y que durante sus tres días de cautiverio solo le ofrecieron comida en una ocasión.


Por su parte, la catalana Laura Arau explicó que el retraso de varias horas en su llegada se debió a las presiones de las autoridades israelíes, ya que en un momento dado intentaron retener al presidente de la oenegé turca IHH, Bülent Yildirim, lo que provocó una "batalla campal" entre los soldados israelíes y los turcos que supervisaban la repatriación.


Los activistas fueron recibidos por una delegación ministerial a su llegada al aeropuerto internacional Atatürk de Estambul. "Al Gobierno español le pedimos que tome todas las medidas legales posibles contra Israel. Creemos que Barak (ministro de Defensa israelí) es el principal responsable de la operación y exigimos que se actúe contra él", solicitó Tapial.


Además, Arau criticó que, aunque la actitud de las misiones diplomáticas españoles ha sido de ayuda tras la captura, antes de su partida no se hizo caso de sus peticiones de protección.