Al menos 15 personas, la mayoría civiles, murieron ayer en un atentado de un suicida talibán contra un convoy militar que patrullaba por las afueras de Jalalabad (este), donde se desarrollaba una feria de ganado, según informaron distintas fuentes. La comandancia de las tropas estadounidenses precisó que un suicida detonó una bomba en la zona del mercado de la ciudad, capital de la provincia oriental de Nangarhar.

El portavoz del Gobierno provincial, Ahmad Zia Abdulzai, declaró además que el suicida iba a bordo de un vehículo y que lo empotró contra el convoy de las fuerzas estadounidenses en el área de Bati Kot, a las afueras de Jalalabad.

Aunque tanto la comandancia como un portavoz del Gobierno afgano aseguraron que los muertos eran diez civiles y un soldado estadounidense, más tarde el doctor Ajmal Pardis, del hospital de Nangarhar, confirmó que los fallecidos eran 15.

Asimismo, un portavoz de la Cruz Roja en la ciudad aseguró que el centro hospitalario de la región ha admitido a unas 70 personas heridas en la explosión.

El atentado fue reivindicado por la insurgencia talibán a través de su portavoz, Yusif Ahmadi. Este aseguró que en el ataque dos tanques quedaron destruidos y que todos sus ocupantes murieron. En un comunicado, el presidente de Afganistán, Hamid Karzai, expresó su condena de lo sucedido.

Por otro lado, en un atentado ocurrido el miércoles, fallecieron dos soldados británicos de los Royal Marines, según informó el Ministerio de Defensa británico.