Cientos de tibetanos exiliados se manifestaron en Washington, la capital estadounidense, contra el proceder de las fuerzas de seguridad chinas. Además, llamaron al presidente George W. Bush a no participar de la fiesta de apertura de los Juegos Olímpicos en agosto próximo, en Pekín. Bush debiera sentar un precedente y dar señales a través de un boicot a los festejos, señalaron varios oradores.

A través de pancartas, los manifestantes exigían la independencia del Tíbet a la vez que se inicien las negociaciones entre la dirigencia china y el Dalai Lama, el jefe espiritural de los tibetanos.

Los manifestantes se trasladaron desde la Casa Blanca a la embajada de China. Están previstas más manifestaciones en otros ciudades de Estados Unidos, como en Nueva York y Los Angeles. Se calcula que en Estados Unidos viven unos 12.000 tibetanos exiliados.

Apoyo de la Cámara de Representantes

Mientras, la presidenta de la Cámara de los Representantes norteamericana, Nancy Pelosi, consdiera que Bush debería mantener abierta la posibilidad de boicotear la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos en Pekín.

"Creo que no se debería descartar un boicot de la ceremonia, la cual ante todo es una profesión de respeto hacia el gobierno chino", declaró Pelosi en una entrevista emitida por la cadena de televisión estadounidense ABC.

Pelosi recomendó también a Bush que esté pendiente de lo que hagan otros jefes de gobierno al respecto. La semana pasada, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, no descartó un boicot de la ceremonia de apertura. El viernes se informó que el presidente y la canciller de Alemania, Horst Kohler y Angela Merkel, no asistirán a la ceremonia inaugural, aunque se precisó que su participación nunca había estado planeada.